El expresidente de Estados Unidos Bill Clinton pidió la publicación inmediata de todos los documentos del caso Jeffrey Epstein en los que aparezca mencionado o fotografiado, elevando la presión política y pública sobre el Departamento de Justicia tras una divulgación parcial y fuertemente editada de los archivos del caso.
Su portavoz, Ángel Ureña, reclamó que se liberen todos los materiales relacionados con Clinton y advirtió que mantenerlos bajo reserva alimenta la percepción de que las autoridades están usando información fragmentada para insinuar irregularidades contra personas que, según recuerda, ya han sido exculpadas por la propia fiscalía. La petición se suma a las críticas de sobrevivientes de Epstein y de legisladores de ambos partidos por la forma en que el gobierno ha manejado la publicación.
El Departamento de Justicia habilitó recientemente un portal con miles de documentos, fotos y material gráfico del caso de Epstein, el financiero que se suicidó en prisión en 2019. La divulgación responde a una ley aprobada por el Congreso y promulgada por el presidente Donald Trump, que obliga a hacer público el material no clasificado vinculado al caso. Sin embargo, el propio Departamento ha admitido que la entrega completa tomará tiempo por el volumen y la complejidad de la información.
Organizaciones de sobrevivientes denunciaron que la publicación parcial, con amplias secciones testadas, hace difícil o imposible localizar documentos vinculados con sus expedientes individuales. Señalan que no se les ha explicado qué se ocultó, por qué ciertos materiales no se difundieron antes de la fecha límite legal ni cómo se evitará que se sigan exponiendo nombres de víctimas de manera indebida. También reclaman supervisión del Congreso y posibles acciones legales para garantizar transparencia y protección a las víctimas.
La controversia aumentó cuando usuarios detectaron que 16 imágenes fueron eliminadas del archivo al día siguiente de su publicación. Entre ellas había fotos de la sala de masajes en la casa de Epstein y una imagen de un cajón con fotografías del propio Epstein y figuras públicas, incluido el entonces presidente Trump. La fotografía fue restaurada posteriormente, con el argumento de que su retiro inicial buscaba proteger a posibles víctimas. Otras imágenes eliminadas mostraban desnudos artísticos o fotos de mujeres desnudas con el rostro censurado.
Legisladores como Ro Khanna y Thomas Massie han acusado al Departamento de Justicia de ocultar documentos clave, como actas completas de gran jurado, memorandos internos, comunicaciones del FBI y notas de entrevistas con víctimas. Parte de ese material habría sido difundido con páginas totalmente en negro, lo que ha sido descrito por los críticos como un uso “extremo” de las redacciones. Funcionarios del Departamento argumentan que muchas de esas comunicaciones contienen detalles sensibles sobre las víctimas y, por tanto, deben mantenerse protegidas.
El nombre de Trump también aparece en los archivos, principalmente en documentos ya conocidos, en los que se le relaciona socialmente con Epstein. El mandatario ha reconocido que en los años noventa y dos mil socializó con el financiero, pero su entorno niega la existencia de pruebas que respalden rumores más graves. Aun así, la publicación –y la forma en que se hace– ha abierto un debate más amplio: hasta qué punto el manejo del caso Epstein revela las tensiones entre transparencia, protección de víctimas y uso político de la información sensible en uno de los expedientes más explosivos de la élite global reciente.
