Un tren del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec se descarriló la mañana de este domingo 28 de diciembre en Oaxaca, en un incidente que activó un despliegue de atención médica y coordinación de seguridad, además de una investigación federal para determinar las causas. El hecho ocurre en un momento en que la operación del proyecto ferroviario está bajo escrutinio público por su dimensión institucional: la seguridad del servicio, los protocolos de respuesta y la capacidad de las autoridades para transparentar lo ocurrido.
El descarrilamiento se reportó en la Línea Z, en el tramo señalado entre Nizanda y Chivela, con referencias a la zona de Asunción Ixtaltepec. También se informó que ocurrió poco antes de las 11:00 de la mañana. En el convoy viajaban 241 pasajeros y nueve integrantes de la tripulación, distribuidos en dos locomotoras y cuatro vagones. El incidente involucró la salida de vía de la máquina principal.
En el balance de personas afectadas, se reportó primero un registro de 15 lesionados, con atención inmediata y valoración médica; más tarde, la cifra se actualizó a 20 personas lesionadas. En paralelo, se activaron protocolos de emergencia y contingencia para la recepción y atención de pacientes, con un esquema de coordinación entre autoridades.
En el sitio se instaló un módulo operativo para atender la emergencia y organizar el despliegue. En las acciones de rescate y apoyo participan instancias federales, estatales y municipales, entre ellas:
- Secretaría de Gobierno
- Guardia Nacional
- SEDENA
- SEMAR
- CDPAZ
- CAPUFE
- H. Cuerpo de Bomberos de Matías Romero
- Unidades de emergencia (paramédicos)
- Protección Civil del Estado
- Policía Estatal
- Policía Vial del Estado
- Policía Municipal
- Policía Vial Municipal
- Servicios de Salud
- IMSS-Bienestar
En el plano institucional, la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación y dispuso coordinación de personal ministerial, pericial y policial para las diligencias. Además, se reportó participación del gobierno federal en las labores de apoyo a personas afectadas.
La atención inmediata se concentra en dos frentes: el seguimiento médico de los lesionados y el esclarecimiento técnico del descarrilamiento. La expectativa pública, a partir de ahora, se centra en conocer con precisión qué falló, qué medidas correctivas se tomarán y cómo se reforzará la seguridad operativa del servicio.



