Por José Saad Canales
La crisis sanitaria que vive actualmente el mundo, será responsable de muchos cambios en nuestra vida diaria una vez que se levanten las restricciones en cada uno de los países. Un sector que sufrirá muchos cambios, sin duda es el cultural y de las artes.
El sector cultural ha sido arrasado por esta dificultad. Sin embargo, siempre ha jugado un rol muy importante en el bien común de la sociedad. A mis ojos, la cultura deberá jugar un papel importantísimo en la recuperación económica y en volver a nuestras vidas a esta nueva normalidad. Sin embargo, dadas las condiciones actuales, ¿quién está preparado para ir a ver una función de teatro o ir a una galería o museo? ¿Quién quiere asistir a un concierto lleno de gente dada la incertidumbre que se vivirá con la reapertura económica?
Por lo menos, la preocupación podría durar hasta seis meses después de la reapertura. ¿Qué deberían hacer los artistas, los administradores y sus gobiernos de aquí a entonces? ¿Qué prioridades deberían guiar un plan de recuperación del sector cultural?
Se debe comenzar primero, en mi opinión, por tratar de preservar los conocimientos especializados de los artistas, técnicos y trabajadores culturales; es imperativo que se les tome en cuenta durante la aplicación del plan de recuperación en cada región. ¿Cómo podemos lograr lo anterior? Mediante apoyos a las organizaciones que dependen principalmente de los ingresos independientes o de socios privados, ayudar a promover la compra local y eco-responsable en la cultura e integrar en los futuros planes de recuperación económica a la cultura junto con el turismo.
Estas ideas, son solo para que quede la base con los cambios que están por llegar en el sector. Ya que la pandemia obliga a repensar el modelo de creación y difusión de las artes. Es imperativo la utilización de los avances digitales y tecnológicos que ayuden como transición para impulsar las artes durante esta difícil época, sin descuidar la experiencia que se vive en persona. Hay innumerables ejemplos de museos, bibliotecas, óperas y teatros que están subiendo de forma gratuita a internet contenido para seguir impulsando el arte de esta forma; o los artistas y artesanos que están vendiendo su arte en plataformas online y se están adaptando a las necesidades actuales, como la venta de cubrebocas artesanales. Esta transformación digital, en algún momento deberá empezar a ser monetizada por los artistas y organizaciones. Lo cual ayudará a los ingresos del sector cultural.
Siempre podemos ver esta época de crisis como una metamorfosis del sector, ue ayudará a impulsar una revisión minuciosa de cómo se hace y se distribuye la cultura: qué métodos de financiamiento utiliza, cuáles son sus modelos de negocio, sería posible la inclusión de prácticas eco-responsables, cuáles son los hábitos de consumo, posible protección de los derechos de autor y la propiedad intelectual, sólo por mencionar algunas ideas.
Y, lo que para mí es la clave de este relanzamiento de las artes, ¿cómo se puede restaurar la relación entre los artistas y el público?
La confianza del público es lo primero que se debe trabajar. Ella debe ser reparada mediante los mensajes de las figuras públicas podría ayudar a que nos sintamos más seguros en los lugares culturales, una vez que se abra la economía y se quiten las restricciones.
Esta confianza puede ser incrementada si se impulsan medidas como movilizar a un público escolar mediante los maestros que promuevan los medios culturales, posible apoyo financiero a las organizaciones con el fin de garantizar la seguridad pública, apoyar a la comercialización cultural, el soporte de la innovación y la proactividad de las organizaciones culturales en los países quienes ya se encuentran uniendo a los artistas y al público durante esta pandemia,
A final de cuentas, todos los modelos culturales y artísticos deberán ser evaluados y reescritos una vez que la pandemia termine. En ese momento seremos capaces de entender los cambios que sufrirá el sector, así como el efecto a largo plazo en las personas y la cultura.
Para mí, el sector cultural será de gran importancia, ya que ayudará a la gente a salir de este shock que ha sido la pandemia para todos y nuestras vidas. De forma similar como después del temblor del 85 se apostó fuertemente por la cultura como medio de distracción, creo que aquí no será la excepción.