Por Juan Araque Contreras
Ha sido noticia en días recientes la renuncia (otra más) del Ing. Javier Jiménez Espriú a la titularidad de la SCT., al parecer por diferendos o diferencias en la forma y fondo de que esa Secretaría, cumpliera con las funciones que tiene a su cargo con fundamento en dispuesto en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con la idea u ocurrencia de que no se si todas o algunas las desempeñara la Secretaría de Marina, que si bien tiene atribuciones de carácter portuario y de vigilancia sobre el mar territorial, estas se encuentran relacionadas, entre otras, a la guarda y custodia de la soberanía nacional en ese sector y esto podría llevarse a cabo, siendo congruentes, con las que se refieren a Puertos Industriales como Veracruz, Coatzacoalcos, Tampico o Lázaro Cárdenas, en los que abunda la carga, mercancías y otros efectos que pudieran dar lugar a la comisión de actos ilícitos como el contrabando y el tráfico de drogas, no omito señalar, que existen también otros puertos que no teniendo esa vocación son también importantes como Mazatlán, Acapulco, Guaymas y Manzanillo, lo anterior, si nos atenemos a una referencia enunciativa y no limitativa.
La visión de Jiménez Espriú me parece que es mas que nada, comercial o de marina mercante y la del Presidente es de carácter económico-fiscal que, también es válida e involucra la participación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por conducto de la Dirección General de Aduanas.
Pues bien, hasta donde tengo entendido las atribuciones de la Secretaría de Marina son entre otras, la vigilancia de las actividades portuarias, que llevan a cabo entidades públicas y también privadas, la educación naval y a últimas fechas le han sido adscritas funciones de inteligencia en la comisión de diversos tipos de delitos como narcotráfico y contrabando de mercancías en el entendido de que las que se refieren al primero, han sido exitosas aunque sean carácter indagatorio o de algún otro tipo de investigación criminal en la que colaboran con el ejército y otras dependencias, como la Fiscalía General de la República.
Por otro lado, en los puertos existe la Administración Portuaria Integral que puede ser del Gobierno Federal, persona natural (quiero pensar que física), moral, nacional o extranjera que tiene a su cargo la administración portuaria que es más bien comercial generalmente bajo una concesión o contrato y que opera en los términos de la Ley de Puertos, lo anterior, además de una Administración Aduanera por lo que se refiere al pago de impuestos de exportación e importación como una fuente de divisas importante para la Hacienda Pública. En los términos anteriores estimo que los puertos funcionan de tiempo atrás de una manera correcta.
Sin embargo, siempre hay un pero, sobre todo en lo que se refiere al tema de la corrupción que tanto le preocupa al Presidente y tiene razón, existen en ésta área coyunturas que permiten y han permitido la realización de acciones tanto de contrabando como de ingresos de los distintos tipos de estupefacientes por parte de los narcotraficantes del sur del continente, como también de Europa y África, para no dejar sentido a nadie.
De tal forma que el Presidente o alguno de sus colaboradores le ha metido la idea que sería necesario intervenir en este tema de la corrupción que es más que nada como señalamos en párrafos anteriores es de carácter fiscal, en mi humilde opinión, que trae consigo la evasión de impuestos y por consiguiente una fuga de ingresos nada despreciable.
Como se ha podido observar en estos 18 meses de gobierno cada día se acentúa la tendencia populista que es característico de esta ideología, entre los que encontramos desviaciones, al fin y al cabo así gobiernan los que son proclives a esta tendencia política, si hay problemas de interés general o público los resuelvo a mi manera, si no hay problemas los busco, el chiste, valga la expresión, se trata de mantenerse ocupado y de hacerse notorio sin necesariamente resolver el problema o bien dado el caso de que el encargado de la solución de esos problemas no lleve a cabo su función de la 4ª transformación o renuncia o lo renuncian submecatum, es decir, bajo cuerda o también por diferendos que van contra las ideas de quien manda, o quien dicta la forma de gobernar como dijera Mario Vargas Llosa sin dejar de señalar que en el gabinete hay un personaje de la iniciativa privada que parece ser la manzana de la discordia como en su momento mencionó el exsubsecretario de Hacienda y dejó entrever el Secretario de SEMARNAT recientemente.
Yo pensaría como una posible solución realizar alguna reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (SHCP y SMA), específicamente a la Ley Aduanera (Administración Aduanera) con el apoyo de la Secretaría de Marina honestos y leales hasta las cachas que amplíen sus facultades o que las ejerzan como debe de ser en un Estado Derecho toda vez que a este paso un poco más de dieciocho meses de gobierno el Presidente se va a quedar sin gabinete, con todo respeto, para algunos de estos, salvo Marcelo Ebrard, que al parecer está en un carrera parejera ¿CON QUIEN O CONTRA QUIEN? que si bien es cierto que no se da mucho a notar soluciona los problemas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y uno que otro, en los que ha intervenido sólo buscando aparecer en los reflectores que vale la pena decirlo es una buena estrategia política en este caso o será que el Presidente lo está cuidando para que salga lo menos manchado posible
Un tema que parece chisme o de la autoría de los políticos de café de antaño, decía que el Presidente tiene seis años para ejercer su mandato, dos de ellos para acomodar su gabinete, haber si funciona, los siguientes dos para gobernar y los últimos dos para comenzar a ver, en este caso, quién o quiénes tanto del poder legislativo como de la Administración Pública pueden lanzarse a la campaña, y consecuentemente abandonan las funciones propias de su encargo ¡SERÁ? Y brincar como chapulines, ya sea a una diputación o a una senaduría. Sobre ésta última pregunta, échenle ganas y me dicen quien es el gallo porque se podrá poner interesante por ser año de elecciones y de las más nutridas, según José Woldenberg, expresidente del Instituto del Federal Electoral ABUR.
