7 de junio de 2025 2:37 pm
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OPINIÓN

La perspectiva mexicana de los delitos de odio

...en la legislación mexicana no encontramos como en otros países una tipificación concreta o una clasificación formal propia de los “delitos de odio”...

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(Audio por: Deborah Cohen Falah Cheja)

Por María América Gutiérrez González

En estos momentos todos hemos percibido en los espacios públicos y privados de nuestro país, un sinnúmero de conductas considerablemente brutales que traen aparejadas comportamientos ilícitos El detonador de estas lamentables acciones, lesiones contra la vida y nuestro patrimonio son, entre muchas causas: la desorientación y la falta de sentido de vida del hombre contemporáneo, el egoísmo, la enemistad, la repulsión y la falta de comprensión por el otro; a su vez estos comportamientos generan discriminación y una violencia desmedida. Sumado a lo anterior, en México, existe una tremenda polarización, auspiciada y practicada a diario por el titular del Poder Ejecutivo de carácter social, económica, cultural y política que agudiza esta problemática sobre todo en lo social.

Por lo que, si a una transgresión jurídica o moral, le sumamos una violencia desmedida, discriminatoria y racista, aparecen los denominados “delitos de odio”. La violencia social se refleja en este tipo de delitos, constituidos en nuestra sociedad, en su base estructural por el reduccionismo de la condición humana, por un individualismo exacerbado, por actitudes condescendientes, intolerantes, ignorantes, demagogas y fanáticas.

Es importante señalar, que en la legislación mexicana no encontramos como en otros países una tipificación concreta o una clasificación formal propia de los “delitos de odio”, sin embargo, existen y con rasgos muy característicos y propios de la idiosincrasia mexicana. Mencionaremos en este trabajo algunos ejemplos de los mecanismos detonadores y vejatorios, que se dan todos los días: lady, lord, chairo, fifí, naco, zorra, marica, mandilón, indio, jodido, vieja, tullido, loco, gordo, sidoso, cornudo, mocho, nini, presumido, tilico, gringo, gachupín, ignorante, güerito, prieto, ricachón, huevón, sabiondo, junior etc.

La violencia social y los delitos de odio en México

Los ingredientes de la crisis de violencia mexicana es un caldo de cultivo que va en aumento. Los factores son complejos y multifactoriales. Todos estos componentes anteriores, son resultado de una mala gobernanza, del deterioro del Estado mexicano y la resultante globalización que ha traído grandes y graves consecuencias y entre las que encontramos: 1. Crisis alimentaria: México sufre una dependencia alimentaria con los Estados Unidos de América que provoca la carencia de productos y un coste más elevado de la salud por hambre ; 2. Crisis Sanitaria: a pesar de los esfuerzos que realiza el gobierno que, no son siempre positivos, no todos los mexicanos están cubiertos por un mejor sistema de seguridad social. Y tanto el IMSS como el ISSSTE no se dan abasto a veces por falta de medicamentos o de personal médico; 3. Crisis educativa: la mayoría de los mexicanos terminan la secundaria como grado de escolaridad promedio. Asimismo, cada día hay más deserciones escolares por el encarecimiento de la vida, 4. Crisis ambiental: esta situación cobra al país cada vez más altas facturas por sequías, inundaciones, huracanes, terremotos, contaminación atmosférica debido: a las grandes concentraciones urbanas en Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Monterrey, los megaproyectos turísticos o de explotación de recursos naturales auspiciados por leyes corruptas y para el beneficio de unas cuantas personas o empresas; 5. Crisis del sistema judicial: el sistema mexicano de procuración y administración de justicia sufre altas tasas de impunidad al juzgar los delitos y esto se debe a la ineficacia de los métodos y técnicas judiciales, también , por la corrupción de policías, ministerios públicos y jueces, en todos los niveles gubernamentales; 6. Crisis económica: México ha basado siempre su política económica en la venta de petróleo y en un comercio directo con los Estados Unidos. Las reducciones en los precios de los hidrocarburos a nivel internacional han hecho que el país sufra devaluaciones, inflación que ha producido poco o nulo crecimiento económico, grandes desigualdades sociales, un salario mínimo precario e insostenible, desempleo y falta de inversión extranjera; 7. Crisis geopolítica: México por su posición geográfica es zona de transición de comercio y personas entre América del Sur y América del Norte. La frontera de 3,185 kms. que se tiene con Estados Unidos es un éxodo, ya que, es el mayor mercado de armas, contrabando, tráfico de inmigrantes y narcotráfico en el mundo; 7. Crisis de valores. Los mexicanos tenemos presente una cultura de machismo, consumismo, apariencia, violencia, miedo y muerte. Este fenómeno aumenta porque los medios de comunicación y las redes sociales están en todo momento centrados en estas situaciones.

Violencia social y su impacto en México

La seguridad ciudadana en México se ha convertido en el desafío crucial para la gobernabilidad, Estado de Derecho y el desarrollo humano, pues en su núcleo se encuentra una violencia generada por los conflictos sociales.

La violencia social está presente siempre en nuestro país, en los espacios públicos, en las calles, hogares, centros de enseñanza, etc. El tejido social está roto. Los mexicanos nos sentimos solos con miedo y muy vulnerables. Encontramos un círculo vicioso de frustración, enojo, impotencia, resentimiento y una desconfianza total en todo y más con las instituciones gubernamentales. La corrupción, impunidad y la falta de participación de los ciudadanos ha provocado, dentro de muchas de las causas el aumento de la delincuencia considerándose uno de los países más peligrosos del mundo. Para dimensionar lo anterior, es cada vez mayor  la incidencia de la delincuencia organizada y un acrecentamiento del robo con violencia, la extorsión, los feminicidios, los homicidios, las desapariciones forzadas, las amenazas, las violaciones, etc.

A su vez, queda pendiente en la agenda legislativa aceptar de manera formal que los “delitos de odio” deben de figurar en nuestro Código Penal como conductas propiciatorias de todas las conductas tipificadas.

La esperanza en México

Los mexicanos somos resultado de una de las gestas más importantes en la historia de la humanidad (el encuentro de dos grandes razas y mundos), florecemos como gente buena y honorable. Hoy en día muchos estamos trabajando y esforzándonos para mejorar día con día esta difícil situación. Estamos orgullosos de este gran país, de su riqueza natural, de nuestra gente, de nuestra alegría, de nuestra diversidad, de nuestras costumbres, de nuestra fe. Se requiere revertir 360 grados la cultura de la violencia, de la intolerancia, de la desigualdad y de la muerte.  Tenemos que enfocarnos en una civilización centrada en el amor, en la persona, en el esfuerzo, y en la eliminación de todas las injusticias y desigualdades. La esperanza está con nuestros jóvenes y niños.

¡Pongamos el ejemplo y no odiemos!


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