7 de septiembre de 2025
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OPINIÓN

La nueva normativa en los alimentos y bebidas, ¿Y esas etiquetitas negras?…

El etiquetado en los alimentos y bebidas es el principal medio de comunicación entre los productores y el consumidor...
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(Audio por: Fátima Verónica Rodríguez Martínez)

Por María América Gutiérrez González

Una buena nutrición es la base para una vida sana y la prevención enfermedades. El etiquetado en los alimentos y bebidas es el principal medio de comunicación entre los productores y el consumidor, y nos permite conocer el alimento, su origen, su modo de conservación, los ingredientes que lo componen o los nutrientes que aportan a nuestra dieta. Por eso es muy importante que haya una regulación que nos asegure comprender de forma sencilla y clara toda la información relativa a los alimentos que consumimos. Las etiquetas son por tanto: una herramineta imprescindible para obtener la información hacia una alimentación saludable y responsable, nos ayudan a tomar decisiones que se adapten a las necesidades y preferencias individuales, nos orientan sobre sustancias o productos que causan alergias o intolerancias, nos ayudan a comparar productos y a elegir las alternativas más adecuadas.

El 1º de octubre del 2020, comenzó en México, mediante (NOM051) a ser obligatorio el etiquetado de productos alimenticios que alerte a los consumidores sobre los niveles de azúcar, grasas saturadas, sodio y calorías de los productos que se compran. La intención de añadir esto, es ayudar a que nuestro país salga de la emergencia de salud decretada en 2016 (según cifras publicadas por la organización “Etiquetados Claros”, en México, siete de cada diez adultos y uno de cada tres niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad. La diabetes es la segunda causa de muerte en el país).

Con la reciente modificación, se establece que las etiquetas deberán incluir información nutrimental de fácil comprensión, veraz, directa, sencilla y visible. Será en la parte de enfrente del producto y en forma separada de la declaración de ingredientes e información nutrimental, para indicar límites máximos que excedan contenido energético, azúcares añadidos, grasas saturadas, sodios y otros nutrimentos críticos (existen cinco sellos diferentes:1. exceso de calorías, 2. exceso de azúcares, 3. exceso de grasas saturadas, 4. exceso de grasas trans y 5. exceso de sodio).

Esta normativa, no indica cantidades específicas de azúcares, grasas saturadas, sodio ni calorías; tampoco distingue porciones de los productos aunque sean de diferente tamaño y no permite comparar entre alimentos similares. Esto complica la elección de compra, lo que con frecuencia da lugar a malas interpretaciones.

Entre las ventajas que traen consigo el etiquetado nos permite: tomar la decisión de comprar en un vistazo, a su vez, el consumidor puede obtener de forma gráfica y sencilla del contenido nutricional que es necesario, las letras son más grandes, hay una unificación de datos y nomenclaturas, etc. Ahora bien, las desventajas que conllevan las etiquetas son: la información no es clara, pues los datos que arrojan sólo fue proporcionada por la industria alimentaria (no existió una participación de expertos en nutrición), el contenido de los productos se basó solamente en los valores de referencia para un adulto hombre con actividad física moderada (dejando fuera a  niños, adultos mayores, mujeres y adultos sedentarios).

El etiquetado es sólo un elemento dentro de la fase de consumo, pero  esto es un problema multifactorial. Lo que se requiere es que una política pública integral que abarque productos mexicanos alimentarios naturales y de calidad, sin una publicidad engañosa, y de acuerdo a la forma y posibilidad  de consumo de todos los mexicanos. La obesidad, la diabetes y el sedentarismo en México no es un problema de los productos ni de sus etiquetas, es resultado de una desastrosa economía , falta de educación y de la nula actividad física que tenemos. Más de 90,000 millones de mexicanos no pueden cubrir sus necesidades primordiales, en este caso, una buena alimentación. Y el gobierno se preocupa ¡por el valor nutricional!. Esto es un buen punto: la prevención de la salud, pero antes necesitamos un aumento en la calidad de vida de todos los mexicanos y después las políticas intervencionistas y demagogas.

Claro, es una simple opinión. ¿Tú qué piensas?


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