6 de septiembre de 2025
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OPINIÓN

El Doxing (Parte I)

...frecuentemente va de la mano del ciberbulling, y sus efectos en las mujeres, los jóvenes y niños son especialmente perjudiciales...
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(Audio por: Fátima Verónica Rodríguez Martínez)

Por María América Gutiérrez González

Un Pajarito me ha dicho… ¡y ya todos los saben!

Afirmemos, que el daño, el deterioro y la lesión al otro siempre ha existido, sin embargo, la forma de hacer el mal, tiene hoy en día nuevas formas que se asocian con el desarrollo de las nuevas tecnologías. En este artículo analizaremos el fenómeno del doxing y sus consecuencias en la persona y sociedad.

 El doxing o doxxing es un término proveniente del inglés que es utilizado para describir la práctica sistemática en internet de la investigación y la publicación de información privada (especialmente datos personales) sobre un individuo o una organización, generalmente con el propósito de intimidar, humillar o amenazar la reputación y la imagen pública. Los métodos empleados por estos individuos (anónimos) son procesos de ingeniería social o hackeo (es una técnica informática por el que se extiende el malware en un ataque fortuito que no requiere interacción por parte del usuario. Pero los hackers también pueden utilizar la psicología para engañar al usuario y que haga clic en un archivo adjunto malicioso o proporcione sus datos personales).  Estos programan virus, aprovechan agujeros en la seguridad y realizan ataques basados en el software. Sus herramientas son la perseverancia, la motivación y las ganas de vulnerar para perjudicar al otro. La principal motivación es el odio; los responsables no quieren enriquecerse, sino simplemente dañar a la víctima. La publicación de los datos ejerce presión sobre los afectados. Este tipo de conductas están relacionadas ciberbullying, cartas amenazantes, swatting (falsas denuncias a la policía contra la víctima) hasta actos reales de violencia. El objetivo es intimidar hasta el punto de que los expuestos al doxing, tengan miedo de aparecer en público. De igual forma, en la mayoría de los casos,  existe como modus operandis: la venganza, la justicia extrajudicial o daño a sus contrarios. Por esto, las víctimas son a menudo mujeres, políticos, periodistas o personalidades prominentes que se han expresado de forma contraria a la forma de ser o de actuar del causante. El doxing se utiliza también como arma en conflictos personales. Asimismo, se trata sobre todo de romper el anonimato del oponente y de menoscabar, extorsionar, hostigar, amenazar a la persona que tienen como su objetivo, para agredirla y exponerla en forma pública, difundiendo la información (sin su consentimiento) para dañar su reputación en el espacio virtual ( que hoy en día para muchos sectores es esencial). Para adquirir esta información este grupo de personajes deleznables , realizan búsquedas en bases de datos de acceso público, páginas web, direcciones y directorios telefónicos, bases de datos (vendidas u obtenidas de manera ilícita) y redes sociales como: Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat, Tumblr, Flickr, Meetic, Spotify, Youtube, Tinder, Linkedln, Google+, Tripadvisor, Deviantart, Goodreads, etcétera.

Los ataques de doxing siempre se lleva a cabo en dos etapas: recolección de datos y publicación. En el primer paso, los atacantes recopilan toda la información disponible de la víctima. Esto engloba direcciones privadas, incluyendo  los IPS de correo electrónico, números de teléfono, los nombres de los miembros de la familia, cuentas de medios sociales, fotos privadas y, a veces, datos de las cuentas de banco. El sondeo es tan diverso como los lugares de donde se obtienen. Muchos asaltos del doxing tienen lugar exclusivamente con información de libre acceso. Al asociar los datos y el contexto en el que tiene lugar la publicación, se revela información sobre la víctima que puede usarse para su prejuicio. Posteriormente, en el segundo paso, la información recopilada se difunde para que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Con este fin, los atacantes crean cuentas falsas en los medios sociales y publican los documentos en plataformas anónimas. Esta forma de rastreo por internet es de largo alcance y su finalidad es que el mayor número posible de personas tengan acceso a esta información y la difundan para aumentar los daños. Es una época en la que una fotografía desafortunada publicada en Facebook puede costar el despido del puesto de trabajo, la ruptura de una relación, una enfermedad física o mental e incluso la inducción al suicidio, etc. El doxing supone una manera de extorsión que prácticamente no tiene límites. Si una fotografía, un vídeo o una historia publicada en Twitter o Youtube llegan a alcanzar unas cotas de difusión que se acercan a lo viral, una persona puede recibir docenas de burlas y amenazas, echándole a perder su vida, de parte de personas que no conoce y no conocerá.

El doxing es especialmente utilizado para dañar en un alto grado la competencia en el ámbito social, político o laboral. La información sobre el pasado de ciertas personas puede ser publicada a la vista de todos desde cuentas incógnitas. Asimismo, en estos casos la verdad puede unirse con la mentira. Acompañar las falsedades con unos datos, vídeos o imágenes que son  verdaderos permite darle naturalidad y confianza a un conjunto en el que la mayor parte de las cosas son inventadas, y todo esto para dañar a alguien de manera remota. En todo caso, independientemente de la veracidad de lo difundido, la huella dejada por este tipo de información en internet es permanente, y se puede llegar a ella años después de que todo haya ocurrido.

El doxing frecuentemente va de la mano del ciberbulling, y sus efectos en las mujeres, los jóvenes y niños son especialmente perjudiciales. La diferencia reside en que el ciberbullying entra en mayor nivel la amenaza. El doxing , desgraciadamente, no tiene porque ser ilegal. El ciberbullying lo es por derecho.

Medidas preventivas para protegerse del doxing.

En principio, todos los usuarios de internet somos vulnerables a un ataque de doxing. Los particularmente frágiles a este fenómeno son las personas que exponen su vida, su trabajo o su opinión en blogs, videos o publicaciones en redes sociales. Como algunos de los ciberdelincuentes eligen a las víctimas de forma aleatoria, todos los usuarios de internet somos susceptibles de caer en estos ataques, por lo que es importante presentar sólo la información esencial sobre uno mismo y seguir los principios de la llamada “economía de datos”. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso de la Información y Protección de Datos Personales (INAI) recomienda :1.Configurar adecuadamente la seguridad y privacidad de los perfiles sociales, 2. Buscar qué se dice sobre nosotros en internet, a través del nombre, apellidos o número telefónico, 3. Cuidar con quiénes y dónde compartimos nuestros datos, 4. Antes de instalar aplicaciones, se deben revisar las políticas de privacidad y verificar si los datos que solicitan son proporcionales al servicio que brindan, 5. Revisar siempre si está activado el GPS y analizar si es necesario compartir tu ubicación con las aplicaciones que se tienen en uso, y 6. Mantener separadas las cuentas de correo personal y profesional.

Si los atacantes no encuentran ningún dato personal, es poco probable que nos aborden. Si eres una víctima de doxing y recibes amenazas e insultos, debes acudir a la policía cibernética y presentar una denuncia. También puedes contactar de forma proactiva a las plataformas en las que se publicó la información y solicitar que se eliminen los datos ( hoy en día las grandes companías como Google, Facebook, Youtube, entre las muchas que existen, poseen los mecanismos para analizar y evaluar . Si sus expertos consideran que fue un ataque contra tu imagen o intimidad, de manera automática cancelarán la publicación, bajo pena de inactivar la cuenta e iniciar procesos judiciales del responsable de esta conducta.

Esta publicación continuará la siguiente semana…


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