5 de septiembre de 2025
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OPINIÓN

De Economía y otras cosas

Escribió John Kenneth Galbraith, en su Historia de la Economía, que “la economía, tal y como hoy se la teoriza, alienta una obsesiva preocupación por el futuro”...
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Por Arturo Damm Arnal

Escribió John Kenneth Galbraith, en su Historia de la Economía, que “la economía, tal y como hoy se la teoriza, alienta una obsesiva preocupación por el futuro” y que “la característica más común del futurólogo económico no es la de saber, sino la de no saber que no sabe”, siendo “su máxima ventaja (…) que todas las predicciones, acertadas o inexactas, se olvidan con rapidez”.

Una muestra de lo dicho por Galbraith la tenemos en la encuesta que mes tras mes levanta el Banco de México entre los principales analistas en economía del sector privado, misma que versa sobre las expectativas de dichos economistas en materia de crecimiento, inflación, tipo de cambio, tasa de interés, desempleo, etc., encuesta que el banco central aprovecha para hacer preguntas tan absurdas como ¿cuál será el crecimiento promedio anual de la economía mexicana en los próximos diez años?, pregunta que, desde la honestidad intelectual, solo tiene una respuesta: no sé.

¿Habrá un economista que crea saber cuál será el crecimiento promedio anual de la economía en los próximos diez años? Y si lo hay, ¿le convendría compartir esa información, de cuya posesión exclusiva podría sacar mucho provecho, mismo que disminuiría conforme la compartiera y los otros actuaran en consecuencia?

Lo anterior viene a cuento porque sobre todo al inicio del año se multiplican las preguntas relacionadas con el futuro de la economía, no faltando los eventos organizados para que los economistas presenten sus expectativas, lo cual no deja de ser engañoso.

Recurro a los resultados de la última encuesta del Banco de México, la correspondiente a diciembre, y centro la atención en las preguntas, para 2021, relacionadas con el crecimiento, la inflación, el tipo de cambio, la tasa de interés y el desempleo, tomando como referencia la media de las 38 respuestas recibidas.

Para este año se espera un crecimiento de la economía del 3.54 por ciento. Una inflación del 3.57 por ciento. Un tipo de cambio, para finales de año, de 20.65 pesos por dólar. Una tasa de interés, Cetes a 28 días, al término de año, del 4.03 por ciento. Tasa de desempleo, como porcentaje de la Población Económicamente Activa, al final del año,  del 4.60. Todo ello tomando como referencia la media de las 38 respuestas recibidas, media alrededor de la cual hay considerables diferencias.

Tomando en cuenta la media se espera que la economía crezca 3.54 por ciento. De las 38 respuestas recibidas la más pesimista espera un crecimiento del 2.50 y la más optimista del 6.00. En materia de inflación la media es 3.57 por ciento, la proyección más pesimista 4.25, la más optimista 2.86. En lo que al tipo de cambio respecta la media es 20.65 pesos por dólar, la expectativa más pesimista es 23.86, la más optimista 18.25. En lo tocante a la tasa de interés la media es 4.03 por ciento, la proyección más pesimista 5.00, la más optimista 3.45. Con relación a la tasa de desempleo la media es 4.00, la expectativa más pesimista es 6.10, la más optimista 3.75.

Según los resultados de la encuesta de diciembre de 2019, en 2020 la economía debería haber crecido 1.10 por ciento: decrecerá alrededor de nueve. La inflación debería haber sido 3.44 por ciento: será, más o menos, 3.70. El tipo de cambio debería haber acabado en 20.10 pesos por dólar: terminó en 19.91. La tasa de interés debería haber cerrado en 6.56 por ciento: cerró en 4.24. El desempleo tendría que haber sido 3.79 por ciento: será, más o menos, 4.60 de la Población Económicamente Activa.

Dos son las características principales de las expectativas de los economistas: las grandes diferencias, tanto intraencuesta (en la misma encuesta entre los distintos encuestados), como interencuesta (entre encuestas distintas, sobre todo a lo largo del tiempo).

¿Qué tan confiables son las proyecciones de los economistas? ¿Por qué tantos economistas se prestan a  lo que, al final de cuentas, no es más que, en el mejor de los casos, un juego de adivinanzas y, en el peor, un grave engaño?


Síguelo en Twitter: @ArturoDammArnal

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