7 de julio de 2025 5:41 pm
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OPINIÓN

La Maroma de PEMEX

Tomemos por ejemplo a PEMEX, una institución que destaca por no pertenecer al grupo de “los malos”, a pesar de haber estado involucrada en escándalo tras escándalo...

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Por Jaime Tbeili Benpalti

Después de más de dos años de gobierno, ya nos acostumbramos a cierta rutina. Todos los días nos preparamos para un nuevo episodio de las locuras del emperador. Cada semana nuestro Peje Supremo nos sorprende con una nueva maroma. Va desde rifar un avión que no se rifa hasta insistir en que no usemos cubrebocas en plena pandemia (él siempre tan preocupado por la salud de los mexicanos).

Dentro de su teatro hay todo tipo de personajes. Están los defensores del pueblo bueno y de la 4T, que incluyen a Manuel Bartlett, Félix Salgado Macedonio, Citlalli Hernández y Gerardo Fernández Noroña. La narrativa también necesita de enemigos, categoría en la que se encuentran prácticamente todas las personas que estén en desacuerdo con el presidente.

Este último grupo es muy amplio. Caben ahí todos los partidos de la oposición, los expresidentes y exfuncionarios, el empresariado mexicano, organismos internacionales, redes sociales, la mafia del poder, la prensa fifí, el Poder Judicial de la Federación e incluso los Órganos Constitucionales Autónomos.

Estos últimos han sido víctimas constantes de amenazas a su autonomía y a su mera existencia en las mañaneras de Andrés Manuel. Dice el presidente que algunos de estos organismos (como el INE, el INAI, la CNDH o el IFT) son restos del neoliberalismo y plataformas desde las cuales los gobiernos anteriores aprovecharon su posición de poder para abusar de la ciudadanía. Además, el nivel de corrupción dentro de los constitucionales autónomos es tan profundo, que ni siquiera se puede arreglar. La solución de nuestro mandatario es cerrarlos, quitarles su autonomía o reducir su presupuesto.

Nadie va a debatirle a López Obrador que en México vivimos con mucha corrupción. Sin embargo, tal vez nos convendría que alguien le señale más o menos en dónde está la corrupción, porque mientras él sigue tratando de debilitar a instituciones fundamentales para el funcionamiento del Estado mexicano, la corrupción no ha hecho más que crecer en otras ramas del gobierno.

Tomemos por ejemplo a PEMEX, una institución que destaca por no pertenecer al grupo de “los malos”, a pesar de haber estado involucrada en escándalo tras escándalo. Incluyendo casos tan controversiales como el de Odebrecht.

La petrolera mexicana es la empresa consentida de López Obrador. Según él, PEMEX es un bastión de la soberanía mexicana y tiene que ser defendida a cualquier costo. Ojo con esa expresión: “a cualquier costo”. No es una exageración, es una realidad.

Esto no es nada nuevo: PEMEX está en quiebra. Es la empresa petrolera más endeudada del mundo. No tiene un ligero desliz financiero, ni está pasando por una mala racha. Está condenada a fracasar o a seguir absorbiendo recursos del Estado. En otras palabras, recursos del pueblo.

La maroma para defender a PEMEX empieza con esta idea de que, si PEMEX desaparece, entonces vamos a perder control sobre el petróleo de México, que nos pertenece a los ciudadanos. Van a venir empresas de afuera y se van a enriquecer con nuestros recursos naturales.

Para explicar porque este argumento es ridículo, imagina que tienes un puesto de quesadillas. Todas las mañanas tienes un solo cliente. El cliente te compra 200 quesadillas, te las paga y se las lleva. Una mañana te dice que no trae dinero para pagarte las 200 quesadillas. Como es tu único cliente, le das chance de que se lleve todas y te pague 190 y le pides que luego te dé el resto. Al siguiente día pasa lo mismo, pero esta vez solo te paga 180 quesadillas. Así cada día te va pagando menos, hasta que un día no solo se lleva las 200 quesadillas sin pagar, además te pide que le prestes dinero.

Ahora imagina que un día llega un nuevo cliente. Alguien que te quiere pagar las 200 quesadillas completas, y hasta por más dinero, pero no se las vendes porque las estás apartando para tu cliente original, quien se lleva tus quesadillas, nunca te paga y además te pide prestado.

PEMEX se ésta acabando nuestro petróleo mientras está perdiendo dinero con sus actividades diarias. Y lo peor es que además le tenemos que dar de nuestros impuestos para sacarla adelante porque creemos que algún día nos va a pagar. Mientras tanto, tenemos otras empresas que quieren comprar y vender petróleo en México, pero el presidente no quiere que entren porque no quiere dañar a PEMEX.

No nos confundamos. Los mexicanos no somos PEMEX. El petróleo es un recurso natural de nuestra nación, independientemente de si existe la empresa petrolera o no. López Obrador está usando la soberanía nacional para disfrazar lo que realmente es, en esencia, un problema de eficiencia en el uso de un recurso natural. Si va a frenar la corrupción, que empiece por PEMEX. Si va a defender a la ciudadanía, que empiece por PEMEX. Si le preocupa la austeridad, que empiece con PEMEX. Cualquier objetivo de la 4T tiene mucho mas sentido si empezamos por terminar con la maroma de mantener a PEMEX, la moribunda de México.


Jaime es alumno de último semestre de la carrera de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Panamericana y panelista del programa “Hora Libre”, recuerden seguirlo en Twitter: @Jaime_Tbeili

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