María América Gutiérrez González
La mayor campaña de vacunación de la historia está en marcha en los Estados Unidos. Hasta hoy, se han administrado más de239 millones de dosis en EU, en la última semana en la que se aplicaron en promedio 1.89 millones de dosis diarias.
A pesar de que existen problemáticas científicas, éticas, legales y hasta tecnológicas, la producción de vacunas y su aplicación están, afortunadamente, creciendo a un ritmo asombrosamente científico y hasta logístico. Es el mayor esfuerzo en la historia médica de la humanidad. Dado el grado de contagio y mortandad, obtener la vacuna es consideración de vida o muerte para millones, es vital mantener los principios de Salud Pública como parte de vigilar por la salud de los gobernados, eso lo toma muy en serio el actual gobierno de Biden. Lo mismo las autoridades médicas que han contemplado flujos de visitantes de México a través de sus fronteras con el propósito expreso de vacunarse por lo que se han posicionado en favor de la salud de todos, ya sea estadounidenses y/o mexicanos.
No hay estimaciones oficiales del número de mexicanos que están viajando a EU para vacunarse. Los costos de los pasajes aéreos y estancia se han disparado casi al doble entre las ciudades cercanas a la frontera estadounidense. El viaje fluctúa entre 20,000 a 30,000 pesos en cada viaje para recibir las dos dosis de las vacunas.
Esto es, consecuencia que de que en México sólo el 4,78% de la población (a finales de marzo de 2021) ha logrado inocularse contra el COVID-19. Se calcula que se necesitarían más de 120 millones de dosis para inmunizar a toda la población. El gobierno de México ha respondido lentamente, porque la inteligencia o la capacidad de muchos de sus gobernantes en las más altas jerarquías, no hace más que no estar en favor de acrecentar su control político con mentiras y corruptelas. Se ha visto que el Presidente López Obrador (con su insuperable estupidez ideológica y pobreza de espíritu), le ha dado más importancia a la construcción de la Refinería, a inaugurar la pista del aeropuerto militar e interferir en las elecciones de junio, que a entrevistarse y promover directamente más vacunas para un país que se muere hoy por COVID-19. Esta espeluznante actitud de nuestro mandatario y de sus bufones, en mi opinión, es un genocidio premeditado.
Deberemos recordar que el derecho a la salud (consagrado en el artículo 4º constitucional) es una obligación del Gobierno Federal y no se está cumpliendo. Es una vergüenza que las personas que trabajan, ofrecen empleos, pagan impuestos, y que tienen la oportunidad y los medios de de trasladarse, tengan que vacunarse en Estados Unidos por la incapacidad y la terrible política populista, al no liberar la vacuna a la iniciativa privada. Esto contrastado con los 60 millones de mexicanos que viven en la pobreza extrema y que no les queda más remedio que enfermarse, contagiar y morir o esperar que los inocule el gran Tlatoani. Se debe presionar a nuestros gobernantes para que respondan y detengan la pandemia o en su caso hacerlos responsables de los cientos de miles de mexicanos que han fallecido o morirán por la insulsez y la omisión de proporcionar a todos los mexicanos lo que están obligados a dar: el derecho a la salud y la seguridad, en todos sus aspectos. Una vez más este fenómeno demuesta la terrible desigualdad entre los millones de habitantes de nuestro país.
Amigo lector, lo sorprendente es que los propios mexicanos radicalizados y fundamentalistas los han tachado de “pudientes”, “ricos”, “tramposos” , “fifis”, etc. a todas las personas que han tenido la suerte de ya estar vacunados (gracias al Gobierno Norteamericano), en lugar de reconocer el esfuerzo en esta extrema situación y que sólo consiste en salvar sus vidas y detener los contagios. Esto no exime de que varios de los muchos que ya están inmunizados empiezan de nuevo a vivir la vida loca y se sienten que no ha pasado nada. La vacuna no garantiza que no se vuelvan a contagiar, enfermar o incluso morir. Es una actitud moral seguir cuidándose y tomar las medidas adecuadas para evitar que esta terrible situación se vaya regularizando, pues el COVID-19 llegó para quedarse y seguir haciendo daño y la “nueva normalidad” no se ha conseguido.
Aquí hoy mi pregunta, es: ¿Sr. Presidente López Obrador , no le han hecho un favor a usted y al país los miles de mexicanos al irse a vacunar a Estados Unidos?…
