El autor, Alejandro Corral (1989), es conocido por escribir narraciones que entretejen el género del thriller y su amor a la historia del arte. Después de escribir El Batallador, una novela sobre Alfonso I, y El desafío de Florencia, la historia entre la famosa rivalidad entre Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel Buonarotti, escribe ahora una historia de suspenso en uno de los museos más importantes de su natal España.
El protagonista de La Dama del Prado es Oliver Brun, un becario universitario de 25 años. Licenciado en Historia del Arte y con una maestría en Métodos y Técnicas Avanzadas en Investigación Artística, escribe novelas. Después del éxito de su segundo libro, se está enfrentando al miedo a la hoja en blanco y al temible deadline de la editorial para entregar el manuscrito de su tercer obra.
Nada consigue desbloquear su creatividad, por lo que acepta la invitación de su mentor, el profesor David Sierra, a pasar unos días en su casa. Ahí, descubre un secreto: unas extrañas fotografías de una joven y un retrato de la misma posando como la Gioconda. Unos días después, en un lago cercano a la casa de Sierra, se encuentran los huesos de una mujer. Después de pruebas forenses, dan la identidad de la víctima: Melisa Nierga, la misma modelo de las fotos.
La coincidencia entre las fotografías de la joven que se parece a la Mona Lisa del Prado –más conocida como la Gioconda del taller de Leonardo–, el trabajo del profesor en la sala 56b del Museo del Prado estudiando esa misma obra, y el descubrimiento de una mujer desaparecida desde hace veinte años, llaman la atención a la policía y el profesor es inmediatamente detenido.
Brun se da cuenta que todos los sucesos de su alrededor son un gran tema para escribir su tercera novela, pero le intriga saber si su mentor, en realidad, es un asesino. Con ayuda de una compañera de la facultad, buscará desentrañar el laberinto de pistas y misterios que entrelazan su vida y su pasión por el arte.
Esta no es la primera vez que un autor se inspira en los misterios de la Mona Lisa –es imposible olvidar el fanatismo que generó la novela de Dan Brown, El Código Da Vinci– pero al menos, trata de la versión de uno de los aprendices de este inventor italiano. El libro, con una historia que en momentos es difícil de creer, es entretenido por la forma que los protagonistas buscan descifrar mensajes ocultos, claves, y acrónimos para desvelar la verdad. ¿Otro asesinato escondido en óleo? Sí, por favor.