Continuando con las reflexiones que iniciamos la semana pasada, es importante entender de forma general, lo que de acuerdo con la teoría son las características propias del desarrollo económico.
De acuerdo con la teoría y varios ilustres autores, existen cuatro características básicas para que se pueda hablar de desarrollo económico: la primera es, crecimiento sostenible de la economía a lo largo del tiempo, es decir, una clara tendencia positiva de la tasa de crecimiento del PIB dado que, hay que recordar que el inicio del ciclo requiere de la producción de bienes y servicios (satisfactores), concepto que conocemos como generación de riqueza enfocado en el largo plazo a conseguir lo que se conoce como el PIB potencial, un punto específico en donde se están utilizando de forma óptima todos los factores de producción disponibles dentro de la economía para producir, la mayor cantidad de bienes y servicios posibles, situación que requerirá de un capital humano cada vez más especializado, lo cuál genera que las personas, busquen aumentar sus habilidades, se generen niveles educativos de la población más altos y por lo tanto se mejore la calidad de vida.
La segunda característica es, una buena redistribución del ingreso, un punto que tiene que ver con la actividad de Gobierno, que implica, mejorar la situación de las personas a través de políticas públicas que permitan disminuir la desigualdad económica, sin embargo, la capacidad de las personas para generar ese ingreso, es un tema que genera polémica, dado que, es através de quitarle a unos (impuestos) que se le da a otros, siendo estos últimos beneficiarios de algo que no produjeron por lo tanto, hay posturas a favor y en contra.
La tercera es lo que se conoce como orden social, dividido en 2 grandes apartados; instituciones sólidas y estado de derecho, el primero, hace referencia a la fortaleza del aparato que compone tanto al Gobierno como a la sociedad civil en su conjunto y el segundo, como ya lo he mencionado en otras ocasiones es, aplicar la ley sin distinguir de quien se trate.
La cuarta y última característica es, la conciencia medioambiental que hace referencia al uso óptimo de los recursos naturales para la producción de satisfactores, entendiendo que al maximizar su uso, se puede disminuir de forma considerable el impacto negativo sobre el entorno y de esta forma, apoyar en la lucha de los grandes problemas de la humanidad como son el calentamiento global y/o el cambio climático.
Si tratamos de aterrizar estas características al caso mexicano, tomándolos como referencia para determinar si existe o no desarrollo económico, la respuesta es muy sencilla, no existe, no hay un crecimiento sostenible o por lo menos, no lo ha sido en estos 3 años de gobierno, la redistribución del ingreso está sujeta a las transferencias directas del Gobierno hacia un grupo específico de personas y no a la mayoría, ¿orden social? inexistente; el actual gobierno gusta de destruir y se ha comprobado que, no sabe como reconstruir, sobre el estado de derecho basta y sobra mencionar la cantidad de flagrantes violaciones a la ley y qué decir de la propuesta de reforma en materia energética que busca implementar la 4T, literalmente carece de conciencia medioamiental y además generará un retroceso muy importante en el sector.
Finalmente, es importante aclarar algo, previo a la llegada de la 4T, de ninguna forma nos encontrábamos en el máximo esplendor al que podría llegar la economía mexicana, existían grandes áreas de oportunidad pero, íbamos en la senda correcta, hoy el panorama pinta complicado pero no imposible; para regresar a ese camino, hacen falta 2 cosas: participación social y estado de derecho, relación sobre la que me enfocaré la siguiente semana.