Rodrigo Saval Pasquel

Como todos sabemos, el 10 de abril se realizó en nuestro país la consulta de revocación de mandato. Independientemente de haber recibido el 91.1% de los votos a favor de que siga con su mandato, el Presidente sufrió una gran derrota, pues al obtener una participación del 18.2% del padrón, el resultado de la misma no fue vinculante. Es por eso que se podría decir qué se gastaron miles de millones de pesos para que todo siguiera igual. Sin embargo, si existen varios ganadores dentro de Morena, pues el resultado ayuda a algunos desamparados.
No es ningún secreto que para López las elecciones son lo más importante. Como muestra de ello, simplemente recomiendo revisar el monto que se ejerce anualmente para programas sociales que implican miles de millones de pesos en transferencias incondicionales de efectivo, sin registros, con cientos de denuncias electorales, y un sinfín de irregularidades en términos de reglas de operación.
Habiendo mencionado lo anterior, es importante entender que estos programas sociales han sido entregados como herramientas electorales a políticos y políticas Morenistas que buscan perpetuarse en el poder, o cuyas ambiciones van más allá de simples espacios, como digamos, el ser candidatos a la Presidencia de la República. Sin embargo, entre estos personajes, ha habido una persona que ha recibido más apoyo que todos los demás. Y por primera vez, ese hecho se convirtió en una espada de doble filo.
No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que desde el domingo por la noche, en Palacio Nacional comenzó una evaluación del “músculo electoral” que cada personaje aportó a la perpetuación de la Cuarta Transformación en México. Con cifras que muy pocos conocen, es probable que se haya realizado un cálculo económico sobre el costo por voto que cada uno de los “jugadores” regaló a la causa del Presidente, y si no me equivoco, en varias entidades existirá un déficit importante. Pero muy probablemente, el mas importante será el de la Ciudad de México.
Con señales contundentes, López ha vuelto evidente el tener preferencias por Claudia Sheinbaum como próxima candidata a la Presidencia de la República. Y comprendo su pragmatismo, pues al gobernar una entidad en la que existen casi 8 millones de votantes, y se tiene un presupuesto estatal de $234,000,000,000.00 pesos, se vuelve una de las opciones naturales para poder ganar la Presidencia en 2024.
No obstante, a pesar de contar con el presupuesto de la Ciudad —además del federal—, para la revocación de mandato únicamente votaron en el capricho del Presidente, un poco más de un millón y medio de capitalinos —y debo de añadir— con 88.1% a favor de López, uno de los porcentajes menos favorables a nivel nacional.
Con lo anterior se podría decir que Sheinbaum controla 1 séptimo de la fuerza electoral de la Ciudad. Esta realidad luce poco prometedora para Claudia considerando la enorme importancia que le dan desde la Silla Presidencial a los resultados en las urnas, pero también representa un umbral de esperanza para otros aspirantes cuyos bastiones se encuentran tanto dentro como fuera de la Ciudad de México.
Desde el Senado y diferentes Secretarías de Estado, los contendientes lloran en público la derrota del Presidente, pero celebran en privado, pues su principal contrincante derramó la primera gota de sangre en un estanque lleno de tiburones, y ellos tienen cubetas de carnada listas para ser arrojadas. Sin embargo, aún estamos a dos años del proceso de sucesión Presidencial.
Tampoco se debe de ignorar que aunque este resultado se presente como una victoria por parte del Gobierno, pues presumen contar con un número importante de votantes —lo cual no es falso—, al parecer nadie les avisó que con este ejercicio, Morena desnudó públicamente que ha perdido a más de la mitad de los 30 millones de votos que en 2018 los llevaron a la Presidencia, y que tanto presumían como apoyo para “legitimar” la destrucción democrática de México.