Este año, durante la marcha del orgullo LGBTTTIQ+, vi un cartel levantado por una persona que decía “quiero derechos, no publicidad”. Aquella frase corta pero determinante volvió a mi cabeza cuando me enteré de lo sucedido afuera del centro nocturno Rico Club, donde unos jóvenes pertenecientes a la comunidad fueron fuertemente agredidos mientras los insultaban por su orientación sexual, al grado de terminar hospitalizados.
Hoy es día que ninguna autoridad se ha pronunciado al respecto y mucho menos lo han hecho aquellas marcas que, desde el primer día de junio, cambiaron la foto de perfil de sus cuentas en redes sociales con una de la bandera de la comunidad LGBTTTIQ+ para catalogarse a sí mismos como incluyentes y “parte de la causa”, pero que en cuanto termina el mes del orgullo tanto sus perfiles como sus acciones por buscar un país más justo vuelven a la comodidad de la normalidad.
Es indignante que en un país donde 1 de cada 20 personas se identifica como LGBTTTIQ+[1] solamente se hable del tema durante un mes del año y el resto permanezcamos en silencio ante las injusticias.
Aunque no sea junio tenemos que hablar del hecho de que México es el segundo país de América con mayor número de crímenes hacia personas trans[2], que aún faltan 9 estados por aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, que 28.1[3]% personas de la comunidad declararon haber recibido trato desigual y comentarios ofensivos en su lugar de trabajo y que 28.7[4]% reportó haber pensado en suicidarse o haberlo intentado alguna vez.
No podemos y no debemos hacernos ciegos ante una realidad que discrimina, vulnera y violenta a millones de personas. Celebrar el mes del pride no se trata de ir únicamente a la marcha de cada año a tomarse la foto, sino de levantar la voz y obligarnos como sociedad a tomar cartas en el asunto. Si somos incapaces de transformar todas las expresiones de apoyo a la comunidad y el conocimiento de los datos mencionados anteriormente en políticas públicas, leyes y acciones afirmativas que garanticen una mejora en la vida de las personas de la comunidad LGBTTTIQ+, poner una foto de perfil con un arcoíris pasa a tercer plano. Regreso a la frase inicial, no se trata de publicidad, se trata de garantizar derechos.
Amar a alguien nunca será un delito, tu orientación sexual tampoco. No debemos callar antes las personas y las instituciones que actúan como si lo fuera.
[1] INEGI. Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG), 2021.
[2] Observatorio de Personas Trans Asesinadas.
[3]Idem
[4] Idem
Un comentario
Es una realidad que enfrentamos como sociedad, y no solo esta comunidad sino varios grupos que velan por sus derechos, pongo el ejemplo de la violencia contra la mujer, sucede un caso de feminicidio y todos los sectores se manifiestan para acaparar los reflectores, sin embargo después de cierto tiempo pasa al olvido y nadie dio seguimiento hasta su conclusión.
Srita. Fernanda Robles muy acertada su opinión. Felicidades