Rodrigo Saval Pasquel
El lunes y el martes 5 y 6 de septiembre, respectivamente, comenzaban los rumores de una ruptura por parte del PRI, el PAN y el PRD en la alianza “Va X México” como consecuencia de una iniciativa presentada por una diputada del PRI que ofrecía dejar al ejército en las calles por varios años más. Es decir, abonando a la agenda de Morena. Hubieron varias señales que delataban un pacto entre “Alito” Moreno y el gobierno federal. Pero, ¿se reconfigurará el “voto útil”?
Las señales del evidente “trueque” entre el PRI y Morena generaron descontento general en un amplio sector de la población. Entre ellos panistas, prdistas, sociedad civil, e incluso priístas. Sin embargo, el mensaje fue claro: para “Alito”, la impunidad es más valiosa que cualquier acuerdo. Aunque existen múltiples defensores de la alianza, y habemos personajes que estamos en total desacuerdo con la ruta que lleva México, sería inverosímil declarar que “Alito” es el tipo de políticos que México necesita —y mucho menos, quiere— en momentos como el que estamos viviendo.
Si bien la alianza nació con un objetivo claro que —en teoría— era sacar a Morena del poder, el actuar del PRI demuestra una vez más que la construcción de la alianza “Va X México” fue basada en la simulación y diseñada con el objetivo de asegurar la supervivencia de la cúpula priista en turno. Más allá del pragmatismo político que pueda resultar de esta escisión para cualquier detractor de la alianza, el principal afectado es la población en general, puesto que una vez más, un gran sector de la clase política mexicana nos vuelve a demostrar que el egoísmo es la motivación que tristemente rige a una gran cantidad de autoridades en nuestro país.
Personalmente podría o no estar de acuerdo con la alianza, pero como mexicano me duele ver que los espacios por los que miles —sino es que millones— de mexicanas y mexicanos luchan por ocupar para cambiar al país, hoy están cooptados por personas que no ven más allá de sus carteras y de sus familias. Es urgente que aquellos que estamos convencidos y motivados de llegar para proponer y trabajar, construyamos opciones frescas y preparadas para mejorar el rumbo de todas y todos.
En lo que si estoy de acuerdo con millones de mexicanos es que hoy —con sus contadas y honrosas excepciones— no contamos con una clase política que represente dignamente a las y los ciudadanos. Coincido en que Morena no ha sido el cambio que prometían, pero el esfuerzo ciudadano no solo debe de dirigirse hacia sacar al Presidente y a su partido del poder. Tenemos que buscar renovar el actuar completo de una oligarquía política que desde la apatía se encuentra totalmente desconectada de la realidad.
Hoy no puedo confirmar que el “voto útil” es votar por un partido en especial. Quizás la reconfiguración del concepto del mismo deba modificarse para explicarlo como aquel voto que no va por un partido o por conveniencia individual, sino por aquel que busca apoyar a una persona con empatía y preparación real.
En términos políticos, las alianzas podrán modificarse. En un escenario sin el PRI, no descarto una alianza del PAN y el PRD con MC, situación que ya se dio en 2018. Aunque tampoco descarto al PRI uniéndose a Morena. Pero quizás este antecedente sea aquella pieza en la que Morena por fin logra derrotar cualquier “oposición”. Retomando al Coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, coincido en que “hay sumas que restan”. Pero creo que muchos de los partidos ni siquiera saben sumar.
Las alianzas que se deben de construir, son aquellas en las que se empodera a la sociedad. Por lo menos de mi parte esperen un esfuerzo para ayudar a abrir camino a aquellas valientes personas que pretenden trabajar para llegar y lograr un cambio positivo y real. Ustedes ¿se animan? ¿O creen que lo hará alguien más?