Arturo Damm Arnal
Pese al Paquete para Combatir la Inflación y la Carestía, PACIC, el programa antiinflacionario del gobierno, y a los incrementos en la Tasa de Interés Interbancaria, TII, la herramienta de política monetaria del Banco de México para combatir la inflación, ésta no cede. En agosto, en términos anuales, fue 8.70 por ciento.
El repunte inflacionario, que se inició en mayo de 2020, persiste. Entre abril de 2020 y agosto de 2022 la inflación pasó de 2.15 a 8.70 por ciento, un repunte de 6.55 punto porcentuales, equivalentes al 304.65 por ciento, ubicándose 5.70 puntos porcentuales por arriba de la meta puntual de inflación, tres por ciento, que equivalen al 190.00 por ciento, y 4.70 puntos porcentuales por arriba de límite superior de la meta de inflación, cuatro por ciento, equivalentes al 117.50 por ciento.
En agosto la inflación fue 190.00 por ciento mayor que le meta puntual (tres por ciento) y 117.50 por ciento mayor que la máxima inflación aceptable (cuatro por ciento). ¿Primera conclusión? La eficacia del PACIC, propuesto por el gobierno federal y aceptado por la iniciativa privada, deja mucho que desear, como también deja mucho que desear la eficacia de la política monetaria del Banco de México, consistente en el aumento en la TII.
He dedicado muchos Pesos y Contrapesos a la inflación, tocando temas que van, desde su impacto en la eficacia económica, siendo económicamente eficaz lo que aumenta el bienestar de las personas, y la pérdida en el poder adquisitivo del dinero lo reduce, hasta sus consecuencias éticas, que tienen que ver con la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero, y por lo tanto de nuestro trabajo, lo cual viola el derecho de propiedad, pasando por el tema de si es correcto que un banco central tenga metas de inflación, pregunta a la que respondo no.
Hoy traigo a colación lo que usted y yo, como consumidores, podemos hacer para protegernos de la inflación.
Primero: pedir aumento de sueldo para compensar, con más dinero, dinero con menos poder adquisitivo, esperando que se conceda el aumento, lo cual puede resultar poco probable.
Segundo: gastar el dinero lo más rápido posible, lo cual, al aumentar la velocidad de intercambio del mismo, genera más demanda más rápido y, por ello, más presiones inflacionarias (lo que hoy es bueno para unos mañana será malo para todos).
Tres: comparar los precios de los bienes sustitutitos (por ejemplo: distintas marcas y presentaciones de sopas de pasta), y comprar el que se ofrezca a menor precio.
Por lo pronto la eficacia del PACIC y de la política monetaria, si el objetivo es frenar, en un primer momento, y revertir, en un segundo, el repunte en la inflación, ha dejado mucho que desear, tal y como lo muestran los datos de inflación: enero, 7.07 por ciento; febrero, 7.28; marzo, 7.45; abril, 7.68; mayo, 7.65; junio, 7.99; julio, 8.15; agosto, 8.70. Sin el PACIC y sin la política monetaria, ¿la inflación hubiera sido mayor? Probablemente sí, pero el objetivo es, no evitar que la inflación aumente más, sino lograr que se reduzca, y esto no se ha conseguido, al contrario, el repunte de agosto fue, por mucho, el mayor del año, al haber pasado de 8.15, en julio, a 8.70, en agosto, un repunte de 0.55 puntos porcentuales, equivalentes al 6.75 por ciento. Entre enero y julio el aumento promedio mensual de la inflación fue 2.96. En agosto 6.75.