Estado de Bienestar (2/3) | Coyuntura económica y algo más

Por Eduardo López Chávez

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La semana pasada se dijo que, el Estado de Bienestar puede definirse como: todas las actividades y decisiones tomadas por el gobierno, para mejorar la situación de los ciudadanos a través de la redistribución del ingreso, creando un bienestar general en la sociedad.

De acuerdo con el profesor Kees Van Kersbergen, hay tres medias verdades sobre el Estado de Bienestar: (I) el sistema es una invención humana muy costosa e ineficiente, que apenas nos podemos permitir, que muy probablemente termine agotando nuestros recursos y que, en cualquier caso, resulta imposible de mantener a largo plazo; (II) el estado del bienestar está en crisis, o es el causante de una crisis en la esfera económica o política y (III) es básicamente una institución, en cierto modo, parecida a Robin Hood, porque roba a los ricos para dárselo a los pobres.

Al respecto, hay varias cosas a destacar: primero, efectivamente la búsqueda de un bienestar general, requiere una gran cantidad de recursos económicos que no todos los estados pueden permitirse, después de todo, la idea del Estado de Bienestar implica que prácticamente todas las personas, tengan acceso a servicios públicos que les permitan mejorar su calidad de vida, el gran problema está, en la forma en la cual se financia ese tipo de decisiones de política pública, después de todo, el dinero al ser un bien escaso, motiva la implementación de formas específicas de financiamiento para generar el bienestar que se busca, situación que lleva al segundo punto, lo relacionado con las crisis, muchas de las cuales han sido originadas por un mal manejo económico, lo que ha provocado altos niveles de endeudamiento, que terminan en crisis tanto económicas, como políticas y sociales, dado que, son los ciudadanos los que terminan pagando por las malas decisiones económicas y es en ese momento que, surge un incentivo político muy interesante que lleva a ofertar soluciones que implican un incremento en la recaudación tributaria ya sea a través de la creación de nuevos impuestos o del aumento en los ya existentes, esto es, quitarle a los ricos para dárselos a los pobres, o como dirían algunos liberales, quitarle a unos lo que por producto de su trabajo les pertenece, para dárselo a otros que no les pertenece por no haberlo generado.

Lo anterior, genera una discusión respecto de la posibilidad de implementar o no un Estado de Bienestar, si bien es cierto que no es una tarea fácil, depende mucho el tipo de Estado de Bienestar que se quiera implementar, de acuerdo con Esping-Andersen, existen tres tipos: el liberal, el socialdemócrata y el conservador.

El liberal es aquel que se encuentra orientado al mercado y las decisiones de política pública, están dirigidas a proporcionar ayuda y cierto nivel de ingreso a los sectores más vulnerables, todo financiado a través de impuestos; el socialdemócrata, se encuentra apuntalado por derechos sociales establecidos en la ciudadanía o en la residencia, lo cual elimina las diferencias de condiciones de vulnerabilidad, también es financiado a través de los impuestos; el conservador, es aquel que se estructura a través de programas de seguridad social que establecen diferencias y segmentaciones en función de la condición social y la ocupación, es decir, el historial laboral se vuelve sumamente importante en el proceso de adquisición de derechos sociales.

Considerando toda esta información surgen dos preguntas: ¿es posible establecer un modelo de estado de bienestar en México?, y de serlo, ¿cuál sería?, cuestionamientos que analizaremos la siguiente semana.

Continuará…