El mar mediterráneo es una de las rutas marítimas más transitadas en el mundo dividiendo así a las regiones con mayor contraste de desigualdad, junto con el destino deseado por muchos de los migrantes africanos y de Medio Oriente, es decir el continente europeo.
A lo largo de la historia estos casos de migración se han dado por diversos medios, entre ellos el marítimo, y este es el tema a tratar en este espacio ya que, es de suma importancia porque se han convertido en un símbolo desgarrador de la migración africana y de Medio Oriente hacia Europa. Cada año, miles de migrantes emprenden peligrosos viajes en embarcaciones precarias, con la esperanza de alcanzar tierras europeas en busca de una vida mejor. Sin embargo, muchos de ellos nunca logran llegar a su destino, enfrentándose a condiciones extremas y poniendo en riesgo sus vidas en busca de un mejor futuro.
Las causas que impulsan a los migrantes son complejas y diversas, como la falta de oportunidades, la violencia, los conflictos internos y la persecución obligan a las personas a huir de sus hogares en busca de seguridad y de una mejor calidad de vida. Esto bajo la idea de un próspero futuro en Europa y la posibilidad de reunirse con sus familiares que ya se encuentran ahí, haciendo más atractiva la idea de migrar, esto se puede percibir al momento que varios de los migrantes llevan más de una vez intentándolo.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para controlar la migración irregular, las redes de tráfico de personas siguen operando, aprovechando la desesperación colectiva y la vulnerabilidad de los migrantes; ofreciendo a un alto costo los viajes en embarcaciones con una pésima infraestructura, hacinadas y mal equipadas. Dando como resultado un alarmante número de naufragios y tragedias en el mar. Muchos migrantes mueren debido a las condiciones inhumanas como el hacinamiento y la ausencia de provisiones necesarias, además de las condiciones climáticas adversas, provocando diversas causas de muerte como el ahogamiento, la asfixia, golpe de calor, entre otros. Agregando así más casos de tragedias en las embarcaciones con personas desaparecidas dejando familias incompletas.
Esta serie de tragedias han sido un objeto de debate en el continente europeo sobre cómo abordar la migración y la protección de los derechos humanos, por un lado, las políticas restrictivas para evitar el mayor riesgo posible y por el otro, los defensores de los derechos humanos esperando soluciones humanitarias y compasivas.
Si bien el contraste en la manera de hacerle frente a esta crisis humanitaria es evidente se coincide en una estrategia: la cooperación internacional; esto bajo el argumento de que es una responsabilidad compartida debido a que los países receptores son miembros (en su mayoría) de la Unión Europea, misma que es referente en su región, incluyendo los demás países alrededor son también destinos para los migrantes.
Cabe destacar que los países emisores también tienen su responsabilidad debido a que han permitido que las malas circunstancias se cumplieran en la zona, provocando así las numerosas oleadas de migración. Y con esto permitirnos cuestionar las estrategias de los Estados involucrados para darle resolver esta situación ya que es preocupante el número de víctimas mortales en cada embarcación, pero sobre todo que estos casos de naufragios sean más frecuentes cada vez, y es indignante que se sigan cobrando vidas a causa de una pésima gestión en ayuda humanitaria.
En conclusión, las tragedias en el Mar Mediterráneo son una llamada de atención para abordar de manera integral esta ruta migratoria hacia Europa. Se requieren soluciones que aborden las causas subyacentes, brinden protección a los derechos humanos y fomenten una cooperación efectiva entre los países involucrados. Solo a través de un enfoque integral y humano, podremos enfrentar este desafío y evitar que más vidas se pierdan en las aguas del Mediterráneo.