22 de noviembre de 2024 5:28 am
OPINIÓN

El día de la Unidad Alemana

Su caída significó más que una reunificación física sino también simbolizó la reconciliación y el fin de una era caracterizada por la polarización ideológica, significó en aquel entonces, un momento de esperanza y renovación para el propio país y el mundo...

Aquella fría noche del 9 de noviembre de 1989 el mundo fue testigo de un evento tan histórico como relevante en la actualidad, que trascendió las fronteras físicas y simbólicas: la caída del Muro de Berlín, esta frontera de concreto que dividió a toda una ciudad por casi treinta años, simbolizó la Guerra Fría con sus respectivas tensiones, y al derrumbarse marcó un nuevo comienzo en el curso de la historia del mundo, consecuencias mismas que se encuentran presentes en nuestra actualidad. Y esta es la razón por la cual se tratará sobre este acontecimiento con sus respectivas repercusiones y reflexiones.

Las potencias mundiales siempre se han caracterizado por querer disponer e influir sobre los demás territorios para así tener muchos Estados satélite en favor de su geopolítica y el alcance, y tras la segunda guerra mundial, muchos de estos se rigieron bajo las ideologías que caracterizaron a la guerra fría y dividieron al mundo.

Alemania por su parte, comenzó a tener la influencia de ambos bandos por lo que quedó contrastada entre ambas ideologías, la capitalista y la socialista siendo nombradas como la República Federal de Alemania (RFA), ocupada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos (Occidente) y la República Democrática de Alemania (RDA) ocupada por la Unión Soviética (Oriente) respectivamente. Por su parte la capital Berlín, que se encontraba en la zona de ocupación soviética también fue dividida entre ambas ideologías, en esta ciudad el control fronterizo comenzó a ser cada vez más frecuente.

Este muro fue erigido por la República Democrática Alemana en 1961, lo que comenzó como un muro de hormigón terminó por ser la manifestación física de las tensiones ideológicas y políticas entre las dos ideologías, dividiendo así a familias enteras y comunidades. Todo esto debido al cambio en el estilo de vida en la zona Occidental de la ciudad, ya que al tener una mayor inversión, la proyección a futuro parecía verse prometedor provocando una gran oleada migratoria del lado Oriente al Occidente de Berlín, situación que no fue del agrado para la Unión Soviética. Este suceso cobró la vida de demasiadas personas que sólo se encontraban buscando una mejor oportunidad en sus respectivas vidas, y que tristemente vivieron sus últimos días con la libertad condicionada.

La caída del muro fue el resultado de varios factores, como las reformas políticas en la Unión Soviética bajo el liderazgo de Mijail Gorbachov que consistieron en eliminar las prácticas de la represión estalinista en sus Estados satélites, la presión popular de la RDA que clamaban por la reunificación. Y fue así que tras las reformas impartidas desde Moscú y el comunicado del portavoz de la RDA anunciando el levantamiento inmediato de las restricciones de viaje para los ciudadanos. 

Por lo que miles de personas se reunieron y cruzaron inmediatamente hacia el muro exigiendo pasar a los guardias en el paso fronterizo de Bornholmer, miles de familias se reunificaron tras tantos años separadas, otras miles conocieron las contrapartes de la ciudad por primera vez en sus vidas.

Su caída significó más que una reunificación física sino también simbolizó la reconciliación y el fin de una era caracterizada por la polarización ideológica, significó en aquel entonces, un momento de esperanza y renovación para el propio país y el mundo, un llamado hacia la colaboración, el entendimiento y a la tolerancia. Este acontecimiento nos demuestra una vez más la importancia de la bondad humana que puede superar cualquier barrera y obstáculo alguno. Y que la libertad humana no tiene que estar condicionada ni rebajarse bajo cualquier ideología política, todas las vidas que perecieron en estos conflictos tristemente no verán los resultados de sus acciones, y esto es un llamado de que no es bueno que un cambio exija el valioso precio de la vida.

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