21 de noviembre de 2024 6:43 pm
OPINIÓN

Esa cosa llamada amor

Nos ayuda a ver al amor y a las relaciones con los demás de una forma sana, objetiva, con profunda espiritualidad, lo que le da otra dimensión a este sentimiento y nos da esperanza de seguir amando y amándonos a nosotros mismos de una forma positiva, para nosotros y para los demás...

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Por Maribel Gavito


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En ocasión de la cercanía del 14 de febrero, día en el que celebramos el día del amor y la amistad, vienen a mi mente muchas escenas vividas en el pasado. Cuando iba en la escuela primaria me acuerdo de la emoción de recibir y dar dulces a las compañeras de clase y a los maestros.  Ya en secundaria las cosas cambiaban y hacíamos picnics con las amigas y la que tuviera novio, recibía algún detalle por parte del susodicho que podía ser un chocolate, flores o hasta un peluche. Esta fecha se ponía muy interesante al pasar a preparatoria, donde los picnics con las amigas sobrevivían, pero ahora los galanes o novios tomaban un papel más destacado dando detalles o hasta invitándote a cenar.

Esa emoción y nervios que se sentían en la boca del estómago era una sensación novedosa, llena de adrenalina que te hacía soñar tu futura historia como si fuera una película de Disney.

Con el paso del tiempo, las experiencias vividas y la edad, me pregunto si alguna vez, ese enamoramiento, esa emoción que representaba esta fecha, refleja en algo lo que es el amor. Tuve la enorme fortuna de encontrar y de leer un libro que nos da mucha luz acerca del tema.  Este libro se llama “Las 8 reglas del amor” y su autor es un inglés, exmonje budista llamado Jay Shetty.  A él lo pueden buscar en todas las redes sociales y tiene un podcast llamado On Purpose, y por si fuera poco, aparece en la publicidad de la tienda de ropa GAP.

 En su libro Shetty nos lleva en un viaje por el tiempo y a nuestro interior, donde nos comparte una visión profunda, realista y amplia sobre el amor. Esta obra se divide en 4 partes y está basada en los libros de los Vedas.  Aquí podemos constatar como la humanidad no ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. La primera parte fue la que más me impresionó, ya que habla sobre la importancia y lo vital que es la soledad para poder amar, ya que lo primero a quien debemos amar es a nosotros mismos, conocernos profundamente.  Esto puede parecer lógico, y que todos lo hacemos, pero en realidad hemos sido educados en patrones donde el otro va primero y eso ha hecho que este proceso de autoconocimiento, de autovaloración y amor propio no sea tan común. Después de una serie de reflexiones pasa a la segunda parte donde habla de la compatibilidad, de la importancia de que nosotros definamos el amor antes de pensarlo, sentirlo o decirlo, de entender que tu pareja es tu maestro y de la importancia del propósito de la vida de cada uno.  Describe diferentes situaciones reales y sugiere formas para resolver los problemas que surgen en las relaciones amorosas.

En la parte 3 del libro nos habla de la sanación.  No todas las relaciones de pareja tienen un final feliz o esperado estilo Disney.  Es muy importante sanar y aprender a sanar a través del amor lo cual nos lleva a la cuarta parte del libro donde habla de la conexión y del volver a amar otra vez y otra vez. Este amar no es sólo a una persona, sino a algo más grande: una comunidad, la naturaleza, el mundo. En todas las secciones hay reflexiones, tips, te pide escribir cartas con un propósito que hacen que la información proporcionada las podamos aterrizar cada uno en su vida.

Esta obra literaria la recomiendo ampliamente a todo el mundo, y creo que entre más jóvenes lo lean mejor.  Nos ayuda a ver al amor y a las relaciones con los demás de una forma sana, objetiva, con profunda espiritualidad, lo que le da otra dimensión a este sentimiento y nos da esperanza de seguir amando y amándonos a nosotros mismos de una forma positiva, para nosotros y para los demás. Este libro ya lo pueden encontrar en librerías digitales y físicas. Ojalá lo disfruten tanto como yo y los ayude a encontrar al amor, cuidarlo y dejarlo ir.

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