En una operación de rescate poco común, las fuerzas especiales israelíes llevaron a cabo una misión en Gaza para liberar a cuatro rehenes. Planificada meticulosamente durante semanas, la operación recibió la aprobación final solo momentos antes de su inicio el sábado por la mañana, según funcionarios israelíes.
Las fuerzas especiales, respaldadas por el ejército, los servicios de inteligencia y la fuerza aérea, asaltaron dos edificios separados en un barrio de Nuseirat, en el centro de Gaza. Lograron rescatar a Noa Argamani, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv en buen estado de salud, pero un agente de policía israelí murió en el enfrentamiento.
Sin embargo, la operación no estuvo libre de víctimas. Según funcionarios de salud locales de Gaza, decenas de palestinos, incluidas mujeres y niños, murieron durante el asalto. Aunque el ejército israelí afirmó que atacó a militantes que amenazaban a sus fuerzas, no se proporcionó un desglose claro de las bajas civiles y combatientes.
Esta operación destacó la delicada situación en Gaza, donde el conflicto entre Israel y Hamás sigue cobrando vidas. A pesar de los esfuerzos por rescatar a los rehenes, aún quedan alrededor de 120 cautivos en Gaza, y varias misiones de rescate propuestas han sido canceladas por temor a más pérdidas humanas.
La operación del sábado fue el último intento de Israel por liberar a ciudadanos retenidos por grupos en Gaza. A pesar de los riesgos involucrados, las autoridades israelíes creían que era crucial actuar para asegurar el regreso seguro de los rehenes. Sin embargo, el alto costo humano de la operación subraya la complejidad y la tragedia del conflicto en la región.
