El Grupo Volkswagen anunció una rebaja en sus previsiones de rendimiento operativo para el año fiscal 2024, ajustando las expectativas a un margen del 6.5% al 7%, desde las proyecciones previas de entre 7% y 7.5%. La revisión se debe en parte a la posibilidad de que Audi, su subsidiaria, cierre su planta en Bruselas. Esta decisión responde a la reducción en la demanda del Q8 e-tron, un modelo eléctrico de alta gama lanzado en 2018, y a desafíos estructurales en la planta, que incluyen dificultades para modificar su estructura física debido a su proximidad a áreas urbanas y los elevados costos logísticos asociados.
Además de los problemas en Bruselas, Volkswagen también enfrenta otros gastos no anticipados que afectarán su desempeño financiero. Entre ellos se cuentan las pérdidas por tipo de cambio vinculadas a la desconsolidación de Volkswagen Bank Rus en su división de servicios financieros, y el cierre del negocio de turbinas de gas de MAN Energy Solutions, otra filial del grupo. Estos factores contribuyen a un impacto financiero negativo estimado en hasta 2,800 millones de dólares para el año fiscal en curso.
La situación en la planta de Bruselas ha activado un proceso de consulta para explorar soluciones alternativas que puedan evitar su cierre. Sin embargo, la empresa ha advertido que el cese total de operaciones es una posibilidad real si no se encuentran opciones viables. Esta serie de retos subraya los desafíos que enfrenta Volkswagen en su adaptación a un mercado automotriz global que cambia rápidamente, particularmente en el segmento de vehículos eléctricos de lujo.
