Las autoridades mexicanas han intensificado sus esfuerzos para rescatar el lago de Pátzcuaro, ubicado en Michoacán, mediante la limpieza de manantiales y la liberación de miles de crías de peces blancos. Este lago, vital para los pescadores locales y un popular destino turístico durante el Día de Muertos, ha visto su superficie reducida a casi la mitad en los últimos 30 años, pasando de 11,837 a 6,833 hectáreas.
El martes pasado, trabajadores estatales liberaron unas 10,000 crías de pez blanco, una especie nativa, con la esperanza de que se reproduzcan y restablezcan las poblaciones de peces en el lago. Se planea liberar un total de 50,000 ejemplares antes de que termine el año. Miguel Alba, un pescador local, mencionó que en años anteriores solía capturar entre medio kilo y un kilo de estos peces cada mañana, pero ahora es difícil encontrar alguno.
La disminución de peces ha provocado un éxodo rural significativo, con muchos residentes locales migrando a la Ciudad de México o a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Según Julio César Bernal, un biólogo de la comisión de agua de Michoacán, el pez blanco es fundamental para el sustento de las comunidades alrededor del lago de Pátzcuaro.
Además de liberar peces, las autoridades están trabajando en la limpieza de lodo, residuos sólidos y plantas para rehabilitar los manantiales que alimentan el lago. Bernal señaló que se han superado las metas de limpieza y se han descubierto 15 nuevos manantiales que producen agua cristalina y limpia, vital para la recuperación del lago. Este esfuerzo contrasta con la situación en el vecino estado de Jalisco, donde la contaminación industrial ha causado la muerte masiva de peces en el Río Santiago.
La reducción del nivel del lago de Pátzcuaro también se debe al robo de agua por parte de productores de aguacate, quienes extraen agua ilegalmente para regar sus cultivos. El gobierno de Michoacán y los habitantes locales trabajan juntos para abordar este problema y asegurar la sostenibilidad del lago a largo plazo.