Hasta mediados de la semana pasada, había cuatro favoritos para ser designados por Kamala Harris como su vicepresidente y acompañarla en la campaña: Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania; Mark Kelly, senador por Arizona; Andy Beshear, gobernador de Kentucky; y J.B. Pritzker, gobernador de Illinois. Muchos pensaban que el Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, podría ser la mejor opción dado que es uno de los mejores comunicadores de los demócratas. Sin embargo, al ser uno de los primeros políticos estadounidenses con una orientación abiertamente homosexual, los estrategas de la campaña pensaron que ello podría ser un problema entre los votantes más conservadores del partido, sobre todo cuando el candidato es una mujer, de madre india y de padre jamaiquino.
Pero algo sucedió a partir del pasado viernes. Harris, Buttigieg y otros políticos que la apoyan empezaron a usar con mucha efectividad en sus intervenciones públicas la palabra “raro” –weird, en inglés– para referirse a Trump, a su vicepresidente, J.D. Vance, a sus propuestas de campaña y a la falta de fundamentos para muchas de estas. Y el iniciador de todo esto fue el gobernador de Minnesota, Tim Walz, que preside el grupo de 23 gobernadores demócratas y una persona que no usa apuntador electrónico.
El lunes en la tarde trascendió que Harris habría de anunciar a su vicepresidente al día siguiente antes de iniciar una gira por Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Arizona y Nevada, seis de los siete estados –junto con Georgia– que habrán de definir al ganador en noviembre. Entonces se pensaba que el favorito era Shapiro, aunque su decidido apoyo a Israel representaba una diferencia fundamental con la postura de Harris, que considera que el primer ministro Netanyahu debe solucionar a la brevedad posible el conflicto de Gaza.
Los otros dos candidatos que estaban entonces a consideración eran el senador Kelly y el gobernador Walz. Kelly es senador por Arizona desde el 2020, astronauta retirado y piloto durante la Guerra del Golfo, perfil que tiende a ser muy atractivo entre los votantes más conservadores. Los tres son políticos con una alta aceptación entre la población rural, blanca y sin afiliación política, lo que complementa la popularidad de Harris entre los jóvenes, latinos y afro-americanos.
Tim Walz tiene 60 años. Fue maestro de preparatoria y miembro de la Guardia Nacional. Fue electo como representante de Minnesota en 2007 y en el 2019 como gobernador. Se le reconoce haber promovido la ley que desde el año pasado ofrece desayunos y almuerzos sin costo en las escuelas a todos los estudiantes, aunque también se ha criticado su respuesta inicial al asesinato de George Floyd a manos de cuatro policías en Minneapolis en el 2020.
Con Walz como vicepresidente, debemos esperar que el gobierno de Kamala Harris continuará con la política comercial de Biden, donde la protección de los derechos de los trabajadores estadounidenses y del medio ambiente ha sido el argumento para continuar las políticas proteccionistas implementadas por Trump. Walz votó en contra de los acuerdos comerciales con Perú, Panamá y Colombia y de una propuesta para acelerar la aprobación del Acuerdo Trans-Pacífico, acuerdo del que Trump retiró a Estados Unidos en el 2017. Kamala fue uno de diez senadores que votó en contra del TMEC y Walz ya era entonces gobernador.
Sin embargo, ya como gobernador, su actitud hacia el comercio ha cambiado al ser responsable del estado con la cuarta producción agrícola más importante. Walz prometió en su campaña para la gubernatura abrir nuevos mercados, sobre todo en países asiáticos.
Al estar Minnesota lejos de la frontera mexicana, Walz no ha expresado una postura sobre el control de los narcóticos. Sin embargo, propone una reforma migratoria que ofrezca la ciudadanía a trabajadores “esenciales, dreamers, protegidos y a sus familias.” El año pasado, firmó una ley que permite a cualquier inmigrante solicitar una licencia de manejar en Minnesota. Y como legislador se opuso en el 2018 a la construcción del muro fronterizo, llamándolo “ridículo.”
Hasta la fecha, no hay ningún cambio significativo en las posturas de Harris respecto a las de Biden. Sin embargo, en la Convención del Partido Demócrata que inicia el lunes 19, se aprobará la plataforma del partido y conoceremos los principales temas para el resto de la campaña. Destacará conocer la postura sobre México, sobre todo que Harris ha planteado su campaña como un contraste con la campaña de Trump.