Linda Sun, ciudadana estadounidense nacida en China, ha visto su vida de lujo en Nueva York derrumbarse tras su detención el 3 de septiembre. Junto a su esposo, Chris Hu, fue acusada de haber actuado como espía para el gobierno chino, utilizando su posición en el gobierno estatal para promover los intereses de Pekín. Sun, quien emigró a Estados Unidos a los cinco años, había logrado alcanzar puestos clave en la administración, incluidos cargos durante el mandato de Andrew Cuomo y la actual gobernadora, Kathleen Hochul.
Las investigaciones del FBI revelaron que Sun y su esposo recibieron sumas millonarias desde China a cambio de su colaboración, lo que les permitió llevar un estilo de vida opulento. Propiedades de lujo en Long Island y Hawái, así como vehículos de alta gama, son solo algunas de las adquisiciones obtenidas con los fondos ilícitos. Además, Sun disfrutaba de regalos y prebendas financiados por funcionarios chinos, incluyendo estadías en suites presidenciales y viajes exclusivos.
La exfuncionaria está acusada de múltiples delitos, entre ellos conspiración, lavado de dinero y falsificación de documentos. Según los fiscales, Sun empleaba métodos sofisticados para actuar bajo las órdenes del gobierno chino, desviando la atención de políticos estadounidenses y facilitando el acceso a información privilegiada, en detrimento de la seguridad nacional.
Ahora, Linda Sun y su esposo deberán enfrentarse a la justicia, tras haberse declarado inocentes de los cargos. El caso ha provocado una sacudida en las altas esferas políticas de Nueva York, y las autoridades continúan investigando la magnitud del presunto espionaje.