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Además de la elección presidencial, el martes cinco de noviembre se elegirán, o reelegirán, a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a 35 de los 100 senadores de Estados Unidos. El resultado es muy importante pues el partido que tiene mayoría en una cámara preside todos los comités de esta y tiene mayoría numérica en cada uno de ellos, lo que le permite controlar la agenda de ese cuerpo legislativo.
Luego de los incidentes del 6 de enero del 2021, existe una gran inquietud sobre el resultado de las elecciones para los miembros del congreso. La 119ª legislatura del Congreso de Estados Unidos iniciará sus labores el viernes 3 de enero del 2025, cuando la cámara baja votará para elegir al nuevo speaker. Una vez electo, el lunes 6 de enero, ambas cámaras sostendrán una sesión conjunta para ratificar el resultado de la elección de noviembre y designar oficialmente a quien será el 47º presidente de ese país, así como a quien se desempeñará como su vicepresidente.
Sin importar el resultado de la elección, Kamala Harris presidirá esa sesión en su calidad de presidenta del Senado, de la misma manera que lo hizo Mike Pence hace casi cuatro años. El pasado 16 de marzo, Trump advirtió en un evento en Ohio que, si no ganaba las elecciones, habría un “baño de sangre”. Y hasta la fecha, ni Trump ni su compañero de fórmula, el senador JD Vance, han declarado públicamente que aceptarán el resultado de la elección en caso de perder.
Aunque las encuestas indican que ambas cámaras seguirán estando divididas casi al 50%, las mismas coinciden en que los republicanos tienen una mejor oportunidad de lograr una pequeña mayoría en las dos. En caso de que los republicanos ganen el control del congreso y pierdan la presidencia, no sólo se vería el control que mantiene Trump sobre este partido, sino que el sistema político de Estados Unidos enfrentaría su prueba más difícil, que pondría a prueba su propia legitimidad ante los ojos del resto del mundo. Si Trump pierde la presidencia e insiste en que una posible mayoría legislativa republicana se opusiera a reconocer el triunfo de Kamala Harris, representaría un golpe a la influencia estadounidense a nivel internacional que sería muy difícil de reparar.
Existe un consenso que esta vez los republicanos controlarán el Senado, en tanto que los demócratas Sherrod Brown (Ohio), John Tester (Montana), Joe Manchin (Virginia del Oeste) y Kyrsten Sinema (Arizona) tienen amplias posibilidades de perder su escaño. Y los republicanos sólo necesitan derrotar a tres demócratas para lograr el control de la cámara alta. John Corbyn (Texas), John Thune (Dakota del Sur) y Rick Scott (Florida) han anunciado que competirán para sustituir a Mitch McConnell (Kentucky), quien ha fungido como líder republicano en el Senado desde el 2007.
Sin embargo, si los republicanos llegan a tener nuevamente el control de la Cámara de Representantes, la profunda división que existe entre los seguidores de Trump y aquellos que mantienen cierta distancia del expresidente, hacen esperar que la elección del nuevo speaker sea tanto o más complicada que la de Mike Johnson (Luisiana), cuando se necesitaron poco más de tres semanas, generando por primera vez una parálisis de casi todo el gobierno. Estos problemas se pueden acentuar si la cámara baja no llega a un acuerdo para aprobar los últimos presupuestos antes de que termine la actual legislatura, unos días antes de navidad.
Para México, el resultado de las elecciones en el congreso de Estados Unidos tendrá enormes implicaciones, en tanto que los legisladores republicanos de ambas cámaras han criticado severamente al gobierno mexicano durante los últimos cuatro años. Estas críticas se verán reflejadas en los objetivos que establezca el congreso al Representante Comercial (USTR) a lograr durante la negociación. De lo contrario, el congreso puede ordenar que continúen las negociaciones hasta quedar satisfecho.
Hay que considerar que tanto Trump como Kamala han declarado que en caso de ganar mantendrán una política comercial proteccionista. Trump ha dicho que aplicaría aranceles a todas las importaciones -incluso a las mexicanas- aún si ello representara una violación al TMEC para atraer inversión, mientras que Harris ha dicho que mantendrá aranceles para defender los derechos de los trabajadores. En cualquier caso, si los republicanos obtienen el control del congreso podremos esperar un aumento en el nivel de proteccionismo de nuestro principal socio comercial. Aún terminar el tratado.
