Un hallazgo excepcional tuvo lugar en la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York, donde un vals inédito del compositor Frédéric Chopin fue descubierto en sus archivos. La partitura, escrita en una tarjeta con la firma manuscrita de Chopin, fue encontrada la pasada primavera por el curador Robinson McClellan. Sin reconocer la melodía de inmediato, McClellan se mostró sorprendido y, tras tocar la pieza en su piano, decidió profundizar en su autenticidad.
Para confirmar que la composición era realmente del compositor franco-polaco, el museo recurrió a un académico de la Universidad de Pensilvania experto en Chopin, quien analizó la tinta, el papel y la caligrafía de la partitura. Estos elementos resultaron coincidir con los característicos trazos del músico, en especial en una estilizada clave de fa que suele aparecer en sus obras. Tras estos estudios, los especialistas concluyeron con confianza que el manuscrito pertenecía al célebre maestro del piano.
La composición, que data aproximadamente entre 1830 y 1835 cuando Chopin tenía poco más de 20 años, comienza con una apertura intensa y dramática. El pianista Lang Lang describió la melodía como una “dramática oscuridad que se transforma en algo positivo”, reflejando la profundidad emocional característica del compositor. Con este descubrimiento, se abre una nueva ventana al mundo emocional y creativo de Chopin, quien falleció a los 39 años en Francia.