El Museo de Arte Moderno (MAM) está por organizar una actividad dedicada al análisis de la obra y el legado surrealista de Alberto Gironella (1929-1999). Gironella, un pintor mexicano que mantuvo una amistad cercana con André Breton, fundador del surrealismo, continúa siendo una figura relevante en este movimiento artístico, cuya influencia no siempre ha sido reconocida en México. Según su hijo, Emiliano Gironella Parra, Breton veía en su padre una pieza clave del surrealismo, aunque en muchas exhibiciones nacionales ha sido dejado de lado.
Una de las recientes exposiciones del MAM, titulada Una tuna y una torre de luz sobre un pupitre, ha sido tema de discusión al no incluir obras de Gironella en su sección surrealista, a pesar de presentar a otros artistas nacionales e internacionales relacionados con este estilo. La curadora en jefe, Brenda Caro, explicó que la exhibición se basa exclusivamente en obras del acervo del museo, el cual no posee piezas del periodo surrealista de Gironella debido a restricciones de conservación de varias de sus piezas clave.
No obstante, Gironella sí está representado en otra exposición del programa Ficciones de la modernidad llamada En pugna, que muestra su obra El mesón (1959) como ejemplo de su impacto en las transformaciones del arte en México. En palabras de Caro, la exposición busca resaltar cómo la obra de Gironella contribuyó a redefinir la conceptualización del arte en el país, incluso más allá de su fase surrealista, al consolidarse como un referente de la llamada generación de la Ruptura.
Recientemente, el Centro Vlady-UACM también ha inaugurado una muestra titulada Gironella y Vlady, los pintores del tiempo, en la que destacan libros de André Breton dedicados a su amigo Gironella, recordando el lugar único que el artista mexicano ocupa en el panorama surrealista internacional.