El grupo de teatro Pahpaki, conformado por Daniel Cebada Castañeda y Andrea Arenas Embarcadero, lleva casi tres décadas recorriendo diversas comunidades en México, con la misión de rescatar el arte de los títeres y difundir leyendas mexicanas. La compañía ha ofrecido sus presentaciones tanto en pueblos alejados como en escenarios improvisados en zonas de trabajo agrícola y rural, siempre con el propósito de acercar el teatro a quienes no tienen acceso a él.
Pahpaki, nombre que en náhuatl significa «armonía» o «alegría», se ha destacado por sus puestas en escena basadas en mitos y leyendas tradicionales, además de algunas obras originales, como «Polvo de estrellas», una crítica al consumismo. Este colectivo también utiliza el teatro de títeres como una herramienta de resistencia cultural y activismo social, con actuaciones en apoyo a los campesinos de San Salvador Atenco durante su lucha contra la construcción del aeropuerto de Texcoco.
Para sus creadores, los títeres representan la voz del pueblo. Andrea Arenas asegura que «el títere es contestatario y rebelde, nace de la gente común». Por su parte, Cebada Castañeda destaca la importancia de mantener vivas estas tradiciones, incluyendo técnicas como el guiñol y el teatro de sombras, que estimulan la imaginación y conectan a niños y adultos con sus raíces.
Sin embargo, Daniel y Andrea lamentan la falta de apoyo por parte de las autoridades para impulsar el teatro de títeres. Consideran que el arte es clave para alejar a los niños de problemas como la violencia y las adicciones, pero sin un enfoque cultural y educativo profundo, las oportunidades para preservar estas manifestaciones artísticas siguen siendo limitadas.