El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha iniciado la restauración de un segmento de la muralla del Fuerte de San Felipe de Bacalar, en Quintana Roo, después de que fuertes lluvias en junio provocaran un derrumbe parcial de su mampostería. El trabajo se realiza en un tramo de aproximadamente 50 metros cúbicos en el foso perimetral, usando técnicas de conservación con materiales tradicionales para evitar futuros deterioros.
El director del Centro INAH en Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, destacó la rápida activación del seguro para monumentos históricos, propiedad de la nación, con el fin de asegurar la protección de este sitio. La restauración se centra en dos tramos de cinco metros lineales en total, y se emplean morteros de cal y polvo de piedra para evitar el uso de cemento, el cual podría agravar la acumulación de humedad en la estructura.
La restauración en Bacalar forma parte de un esfuerzo continuo del INAH para conservar sitios históricos de Quintana Roo, entre los que se incluyen otras edificaciones afectadas por las condiciones ambientales, como el Templo del Niño Jesús en Tihosuco y la Capilla de San Juan Bautista en X-Querol. Estas labores de restauración en el estado se realizan también mediante programas de empleo temporal, enfocados en preservar el patrimonio en regiones vulnerables a lluvias y huracanes.
El Fuerte de Bacalar, construido en 1733 para frenar el avance de los asentamientos ingleses, es un símbolo del sur de Quintana Roo y tuvo un papel clave en la Guerra Social Maya en 1858. Actualmente, es uno de los principales atractivos turísticos de la región y un recordatorio de la historia de la frontera novohispana, que el INAH se compromete a seguir protegiendo para futuras generaciones.