El 6 de noviembre, el peso cerró con una depreciación del 0.43%, ubicándose en 20.16 unidades por dólar, según datos del Banco de México. Esta volatilidad se atribuye a la incertidumbre generada por las políticas comerciales propuestas por Trump, incluyendo posibles aranceles y renegociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más, señaló que el mercado ya había incorporado en parte la posibilidad de un triunfo de Trump, lo que moderó la reacción inicial. Sin embargo, el peso mexicano fue una de las monedas más afectadas, debido a su sensibilidad a las relaciones comerciales con Estados Unidos.
La depreciación del peso también se vio influenciada por la baja liquidez en los mercados asiáticos durante la noche, lo que amplificó los movimientos del tipo de cambio. Se espera que, con la apertura de los mercados en Estados Unidos y México, la volatilidad disminuya y el tipo de cambio se estabilice en los próximos días.