La inteligencia artificial (IA) podría convertirse en un factor crucial para el crecimiento de la productividad global en las próximas décadas, señaló Adriana Rangel, directora de Vanguard para América Latina, durante una conferencia reciente. Según Rangel, el verdadero impacto de la IA se verá a largo plazo, cuando esta tecnología alcance una influencia comparable a innovaciones como la electricidad. Además, este avance tecnológico podría ayudar a contrarrestar el déficit estructural que afecta a muchas economías en el mundo.
Vanguard ha desarrollado un modelo que analiza «megatendencias» globales —como tecnología, demografía, y déficit fiscal— y evalúa sus impactos a lo largo de los últimos 130 años. Rangel explicó que, en términos tecnológicos, la IA tiene el potencial de consolidarse como una tecnología de uso general (GPT), transformando economías y aumentando la eficiencia. De hecho, el modelo de Vanguard estima que existe una probabilidad entre 45 y 55% de que la IA produzca un crecimiento en productividad lo suficientemente fuerte como para aliviar la presión sobre los déficits fiscales, especialmente en países desarrollados y emergentes.
La creciente tensión entre factores demográficos y la implementación de la IA es un desafío que varios países deben enfrentar, en particular aquellos con una población envejecida. En economías como la de Estados Unidos, el envejecimiento de la población implica una presión significativa en los presupuestos públicos, impulsando la necesidad de tecnologías que eleven la productividad y el PIB. Rangel destacó que aunque la IA puede aliviar parte de esta carga, es probable que el proceso de adopción siga una curva de aprendizaje, lo que inicialmente podría reducir la productividad mientras los trabajadores y empresas se adaptan.
Sin embargo, el mercado financiero ya refleja grandes expectativas sobre el impacto de la IA. Vanguard advierte que muchas empresas tecnológicas están sobrevaloradas debido a la demanda de acciones relacionadas con la IA. Rangel aclaró que, si bien es importante el potencial de crecimiento, las utilidades sostenibles a largo plazo serán el verdadero factor que determine el valor de la IA en la economía. Según el análisis de Vanguard, el mejor escenario sería una adopción transformacional de la IA en los próximos 20 o 30 años, impactando la economía global de manera similar a innovaciones disruptivas del pasado, como la electricidad.