A medida que se acerca el fin del soporte para Windows 10, previsto para octubre de 2025, el análisis del avance de Windows 11 en el mercado revela un crecimiento más lento de lo esperado. Según los datos de Statista, tres años después de su lanzamiento, Windows 11 alcanza un 35.58% de participación en el mercado de sistemas operativos de Microsoft, una cifra considerable, pero que aún lo mantiene en una posición secundaria frente a Windows 10.
A pesar de su antigüedad, Windows 10 conserva un 60.95% de cuota de mercado, siendo la opción preferida para la mayoría de usuarios, especialmente en entornos corporativos donde la migración a un nuevo sistema operativo suele ser compleja. Esto contrasta con el desempeño de Windows 10 en sus primeros años; en 2018, tres años después de su lanzamiento, había alcanzado una participación de mercado del 47.25%, superando a Windows 7 y posicionándose como la versión dominante. La situación actual muestra que Windows 11 aún tiene mucho terreno por recorrer antes de igualar ese logro.
Windows 11, aunque ofrece mejoras y una interfaz renovada, ha enfrentado barreras de adopción debido a sus altos requisitos de hardware y problemas iniciales en sus actualizaciones. Estas dificultades han afectado su popularidad entre los usuarios que aún prefieren la estabilidad de Windows 10. Aun así, Microsoft está preparando un programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU) para aquellos que decidan mantener Windows 10 después del final de su soporte, con un pago único de 30 dólares que cubrirá un año de actualizaciones.
Con el paso de los años, la oferta de Windows ha evolucionado, y si bien Windows 11 promete ser el siguiente estándar, su adopción podría depender de que Microsoft resuelva los problemas pendientes y facilite la transición para sus usuarios.