La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la ciberseguridad, con un impacto tan profundo que se estima que, para 2030, este sector representará un 21% del producto bruto interno en Estados Unidos, según WeLiveSecurity, de ESET. La capacidad de la IA para facilitar tareas y personalizar su uso ha acelerado la necesidad de estrategias de ciberdefensa más dinámicas, capaces de responder con rapidez a la creciente complejidad de las amenazas digitales.
En el campo de la ciberseguridad, la IA está transformando la eficiencia de los análisis en tiempo real, optimizando la automatización de respuestas y minimizando errores humanos, lo que permite a las organizaciones anticiparse mejor a los ataques y mejorar sus operaciones de seguridad. Según WeLiveSecurity, la capacitación especializada junto con la adopción de tecnologías avanzadas es fundamental para lograr una resiliencia digital efectiva en este escenario tan cambiante.
Sin embargo, los avances en IA también han sido aprovechados por el cibercrimen. El año pasado, ESET alertó sobre el uso de herramientas como ChatGPT de OpenAI, que facilita la creación de malware y campañas de phishing sofisticadas, incluso para ciberdelincuentes con poca experiencia. OpenAI confirmó recientemente que desmanteló 20 ciberataques que utilizaron ChatGPT en la creación de malware, evasión de detecciones y ataques de spearphishing.
En el marco del Antimalware Day, ESET analiza cómo la IA puede fortalecer la ciberseguridad, pero también advierte sobre el creciente uso malicioso de esta tecnología. Desde la creación de campañas de phishing hasta el uso de deepfakes, la IA ha permitido que los ataques sean más verosímiles y personalizados. El Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido señala que estos usos maliciosos de la IA incrementarán el volumen y la efectividad de ciberataques como el ransomware en los próximos años.