Carlos Chavez Paz
Ingeniero de profesión, profesor universitario, apasionado de la tecnología, los comics y la cultura Lovecraftiana.
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Estimado Lector, derivado de la columna pasada, un amigo mío me comento que estaba muy bien lo que yo mencionaba, pero había un parte de la población que aunque quiere, se encuentra limitada para hacer uso de los servicios como por ejemplo de la banca digital, me comentaba que su pariente cada vez que va al banco tiene problemas para acceder a sus cuentas, ya que le piden que utilice su huella digital para validarse en el sistema, sin embargo, los dispositivos lectores no pueden leer la huella de ningún dedo y como ahora el acceso es por ese medio se complica cada día más ingresar a realizar sus operaciones.
Y como ella, se encuentran 13.5 millones de mexicanos mayores de 60 años (según Consejo Nacional de la Población, CONAPO) que necesitan una inclusión financiera e igualitaria. La brecha digital se ha incrementado ya que las entidades financieras han migrado hacia plataformas en línea, como aplicaciones móviles y banca digital, que requieren conocimientos tecnológicos previos. Sin embargo, una gran parte de los adultos mayores no están familiarizados con estas herramientas, lo que dificulta su acceso a servicios bancarios, transferencias electrónicas y otros productos financieros esenciales.
Además, la falta de confianza en la tecnología y la preocupación por la seguridad en línea agravan esta problemática. Los fraudes digitales son una preocupación constante y las personas mayores son a menudo objetivo de estafadores que aprovechan su falta de familiaridad con las plataformas digitales. El temor a ser víctimas de fraude puede llevar a que muchos eviten el uso de servicios financieros en línea, limitando sus opciones y su capacidad para manejar sus recursos de manera efectiva. Además, las sucursales bancarias, no siempre ofrecen un trato personalizado o suficiente atención a las necesidades de este grupo etario. En muchos casos, las largas filas, el lenguaje técnico y la falta de adaptaciones (como la accesibilidad en términos de movilidad o de audición) dificultan aún más el acceso a los servicios.
Está muy bien que cada vez nos volvamos más modernos, pero ¿Cómo apoyamos a que este segmento de la población pueda hacer uso de estos servicios?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) ha emitido una serie de principios básicos en la atención de este grupo y son los siguientes:
- Trato digno, con pleno respeto al libre albedrío e integridad personal.
- Atención igualitaria y libre de discriminación.
- Atención preferente y prioritaria.
- Debido acceso a medios de atención.
- Asistencia y acompañamiento específico.
- Implementación de trámites simplificados.
- Educación financiera.
- Inclusión financiera.
- Certeza jurídica.
- Protección de datos personales.
Con estos principios se busca que las instituciones financieras adopten voluntariamente un protocolo específico en virtud del cual se implementen acciones para mejorar la atención a las personas adultas mayores. Hasta el momento de esta investigación, estas son las instituciones que han aplicado el protocolo: Banorte, BBVA, Santander y Banco Azteca.
Pero no solo este grupo es al que debemos de atender, hay una gran cantidad de personas con alguna discapacidad que se ve afectada por estos cambios tecnológicos, por lo que se debería de tener estimado Lector, un sistema financiero incluyente.