El gobierno de Estados Unidos reconoció por primera vez a Edmundo González Urrutia como «presidente electo» de Venezuela, casi cuatro meses después de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, destacó el apoyo popular hacia González y exigió respeto a la voluntad de los votantes en un mensaje publicado en la red X (antes Twitter).
Las elecciones, que han sido objeto de controversia, culminaron con el Consejo Nacional Electoral declarando ganador al presidente Nicolás Maduro sin divulgar resultados detallados ni realizar auditorías independientes. Por su parte, la oposición, liderada por María Corina Machado, publicó actas que sugieren que González obtuvo el 67% de los votos frente al 30% de Maduro.
La declaración de Estados Unidos llega en un contexto de creciente tensión, marcado por protestas y denuncias de represión. Según la organización Foro Penal, al menos 1.800 personas fueron detenidas tras los comicios, incluyendo activistas y testigos electorales que participaron en la recopilación de las actas opositoras. Aunque recientemente fueron liberados más de 100 manifestantes, las detenciones masivas han sido condenadas por organizaciones internacionales.
Edmundo González, quien actualmente se encuentra asilado en España, enfrenta cargos penales junto con María Corina Machado, obligada a pasar a la clandestinidad. Mientras tanto, el oficialismo venezolano sostiene que el proceso electoral fue legítimo y que las acciones judiciales emprendidas están apegadas a derecho, a pesar de las críticas sobre la parcialidad del sistema judicial.
Este reconocimiento por parte de Estados Unidos intensifica la presión internacional sobre el régimen de Maduro y añade un nuevo giro a la prolongada crisis política que afecta a Venezuela.