Jorge Molina Larrondo
Consultor en políticas públicas y comercio internacional, con más de 25 años de experiencia y participación en negociaciones comerciales.
Escuchar
Después de leer las primeras reseñas de las memorias de la excanciller Angela Merkel, “Freedom”, no me cabe la menor duda que alguien le debe hacer llegar a la brevedad posible una copia a la presidenta Sheinbaum para ayudarle a lidiar con Donald Trump. En su libro, la señora Merkel dice que cometió el error de tratar a Trump como si fuera una persona “completamente normal”, por lo que le pidió su consejo al Papa Francisco, quien le sugirió “doblarse hasta donde fuera posible, pero no romperse”. Merkel agrega que debido al egocentrismo de Trump – a quien describe como una persona para la que cualquier relación es una suma cero – trató de mantener su comunicación estrictamente apegada a los hechos sin mencionar cualquier tema de tipo personal.
Siendo Trump un abusivo (bully), resulta indispensable para tratar con el sacarlo de su zona de confort, esto es, crear un entorno distinto al que el propicie, donde suele haber desorden, confusión, alarma y premura. Además, hay que dejarle saber que no se le enfrenta solo, sino que hay otros que nos apoyan para minimizar sus intenciones de intimidación. Y si se tiene que hacer alguna promesa o amenaza, tiene que ser creíble para que surta efecto, pues de lo contrario ello afectará la reputación de quien la hizo al grado de hacerle perder toda credibilidad.
Si Trump fuera una persona que razona como la mayoría, no habría amenazado con un arancel general del 25% a dos de sus tres principales proveedores. Durante los primeros nueve meses del año, México representó el 15.66% de las importaciones totales en Estados Unidos, China el 13.32% y Canadá el 12.78%. Y en caso de haber represalias, México representa el destino del 16.38% de sus exportaciones, Canadá el 17.03% y China el 6.77%.
La mayoría de los productos que exporta México y Canadá a Estados Unidos son bienes intermedios que se utilizan para su uso en otros procesos de producción – acero, microprocesadores, autopartes, etc. – por lo que tienen mayores efectos inflacionarios que los productos terminados al elevar cada uno de ellos los costos de producción de varios productos a la vez. El aumento de los costos de producción se traduciría en aumentos de los precios de los bienes terminados, pero Trump ve esta medida como una manera de aumentar su índice de popularidad sin considerar los efectos sobre la economía. Su respuesta esperada es que la inflación es culpa del gobierno de Biden.
Luego de que se conociera la amenaza de los aranceles, el primer ministro Trudeau llamó inmediatamente a Trump para entender lo que había detrás del anuncio. De acuerdo al propio Trudeau, fue una llamada breve y cordial en la que hablaron de la situación y que le permitió al líder canadiense tener mayor información para diseñar su estrategia. De esta manera, el martes por la mañana anunció que ya se había comunicado con Trump, que ese día se reuniría con su gabinete y al día siguiente con los 13 premieres provinciales para desarrollar una estrategia en la que estarían involucrados el gobierno federal, los gobiernos provinciales y el sector privado. Hasta la fecha, Trudeau no ha mencionado la posibilidad de aplicar represalias, con lo que ha evitado que Trump haga nuevas amenazas en contra de Canadá.
Por su parte, Sheinbaum leyó la carta que enviaría a Trump, sin aclarar si para esos momentos ya la había enviado o no. Declaró que “a un arancel vendrá otro en respuesta,” lo que pareció más una declaración hacia la prensa y la opinión pública mexicana que para Trump y estableció un escenario de confrontación que ayudó a que esa mañana se devaluara más el peso.
En su respuesta inicial, Sheinbaum y su equipo dejaron la impresión de desconocer las consecuencias de enfrascarse en una guerra comercial, donde está comprobado que no hay ganadores. Además, la aplicación unilateral de aranceles en el marco del TMEC es una seria violación al tratado y la aplicación de represalias generaría diversos daños a la economía mexicana, cuyas importaciones de bienes intermedios es el 76% del total de las importaciones. Pero lo más importante es que una guerra comercial bien puede implicar el fin del TMEC como lo conocemos.
Queda conocer lo que acordaron Sheinbaum y Trump, pues cada uno ofreció una versión diferente de su conversación. Además, México tiene que demostrar si sigue interesado en continuar siendo parte del tratado y si es así, dejar de incurrir en violaciones, como la eliminación de los órganos reguladores, e implementar el fallo del panel sobre maíz transgénico.