China ha decidido implementar una política monetaria «adecuadamente flexible» en 2025 como parte de un esfuerzo para revitalizar su economía y estimular el crecimiento, según medios estatales que citaron una reunión reciente del Politburó. Este anuncio marca el primer cambio hacia la relajación monetaria desde finales de 2010, tras años de adoptar políticas más prudentes.
El Politburó destacó la necesidad de implementar una política fiscal más proactiva y reforzar ajustes anticíclicos extraordinarios para contrarrestar los desafíos económicos actuales. Entre las prioridades, se encuentra fomentar el consumo interno y expandir la demanda interna como motores clave de crecimiento. Estas declaraciones se producen en vísperas de la Conferencia Central de Trabajo Económico anual, donde se definirán los objetivos económicos para el próximo año.
Históricamente, China ha empleado cinco enfoques de política monetaria, desde restrictiva hasta adecuadamente flexible. La última vez que adoptó esta postura fue tras la crisis financiera de 2008, lo que permitió estimular la recuperación económica antes de transitar hacia una política prudente en 2010.
Según Xinhua, la estrategia busca equilibrar estabilidad e innovación, fortaleciendo herramientas políticas para enfrentar un entorno económico global incierto. Este giro refuerza el compromiso del gobierno chino de apoyar el crecimiento, incluso en medio de retos como la desaceleración del mercado inmobiliario y las tensiones comerciales globales.