Este lunes, el mundo recuerda el 80º aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz. En una emotiva ceremonia, un grupo de sobrevivientes, acompañados por el presidente polaco Andrzej Duda, depositaron flores frente al Muro de la Muerte, un lugar cargado de historia donde miles de prisioneros fueron ejecutados. Los asistentes encendieron velas y guardaron un respetuoso silencio en memoria de las víctimas del Holocausto.
Los actos conmemorativos, que contaron con la presencia de líderes como el rey Carlos III y los presidentes de Francia y Alemania, estuvieron enfocados en honrar los testimonios de los sobrevivientes. «Este año nos centraremos en su mensaje», declaró Pawel Sawicki, portavoz del Museo de Auschwitz. Sin discursos políticos, la jornada busca transmitir la importancia de la memoria histórica, especialmente ahora que los sobrevivientes, como Julia Wallach y Esther Senot, temen que sus relatos se pierdan con el paso del tiempo.
Auschwitz, construido en 1940 en la Polonia ocupada por los nazis, es un símbolo del genocidio de seis millones de judíos europeos. Las tropas soviéticas liberaron el campo el 27 de enero de 1945, fecha que la ONU estableció como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Durante la conmemoración, líderes mundiales destacaron la importancia de recordar este trágico capítulo de la historia para evitar que el odio y el antisemitismo vuelvan a prosperar.
Además, sobrevivientes como Marta Neuwirth y Esther Senot recalcaron la necesidad de contar sus historias para mantener viva la memoria. Senot recordó la promesa que hizo a su hermana en 1944: «Cuenta lo que nos sucedió… para que la historia no nos olvide». En un contexto mundial donde el odio parece resurgir, el mensaje de estas voces se erige como un llamado urgente a impedir que la historia se repita.