Este lunes, alrededor de 300,000 palestinos desplazados volvieron al norte de la Franja de Gaza. Este regreso se produjo gracias a la retirada de las fuerzas israelíes, permitiendo la reapertura de rutas como las carreteras Rashid y Saladino tras más de 470 días de conflicto. El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) calificó este acontecimiento como una «victoria» para el pueblo palestino.
El alcalde de Gaza, Yahya al Sarraj, anticipó que el flujo de retorno podría alcanzar las 700,000 personas en los próximos días. Sin embargo, destacó los retos que enfrentan, como la destrucción masiva y la necesidad urgente de recursos, incluyendo 135,000 tiendas de campaña para los desplazados. A pesar de las dificultades, la población regresó con la esperanza de reconstruir sus vidas en su tierra natal.
El retorno masivo es parte de un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, vigente desde el 19 de enero, tras un año y medio de enfrentamientos. El Ejército de Israel confirmó que el tránsito está permitido bajo condiciones estrictas para evitar el movimiento de armas o milicianos. Además, las autoridades han enfatizado el cumplimiento del alto el fuego, asegurando que cualquier infracción será penalizada.
Hamás destacó que este regreso demuestra la resiliencia del pueblo palestino frente a los intentos de desplazarlos y pidió intensificar la ayuda humanitaria en un contexto que describen como «un momento histórico». Por su parte, grupos como Yihad Islámica subrayaron la importancia simbólica de este retorno, calificándolo como una respuesta directa contra los intentos de despojar a la población de su tierra.
