En las últimas semanas, la actividad de vigilancia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha aumentado considerablemente. De acuerdo con informes de CNN, se han llevado a cabo al menos 18 misiones de reconocimiento en el espacio aéreo cercano a Baja California, con el objetivo de monitorear las operaciones de los cárteles de droga mexicanos. Estas misiones, que tuvieron lugar entre finales de enero y principios de febrero, incluyen vuelos de aviones espía de alta tecnología, como los P-8 Poseidon y el U-2, que tienen capacidad para interceptar señales y recolectar información de inteligencia.
El 4 de febrero, un avión RC-135 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevoló la península de Baja California, específicamente cerca de Sinaloa, una ruta conocida por su frecuencia. Aunque estas operaciones se realizan en territorio estadounidense o en aguas internacionales, se ha señalado que la avanzada tecnología de las aeronaves permite la obtención de datos dentro de México, lo que ha generado preocupaciones sobre posibles objetivos militares.
Además, la presencia de buques estadounidenses en las aguas cercanas a Baja California fue aclarada por la Secretaría de Marina, quien afirmó que estos se encontraban en una zona de libre navegación internacional. A pesar de ello, la intensificación de estas operaciones ha provocado inquietud entre expertos, quienes sugieren que podrían ser indicios de un futuro enfrentamiento entre las fuerzas armadas de ambos países.