
Mauricio Rabago Palafox
Periodista cultural y crítico musical, con más de 40 años de experiencia en pedagogía y participación en medios como televisión, radio y prensa.
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Escribo estas líneas un histórico 28 de febrero de 2025. Es histórico porque hoy se cumplen 500 años de la muerte de Cuauhtemóctzin, conocido como Cuauhtemoc. Más que muerte debiera decirse magnicidio, ya que se trata de la ejecución del último Tlahtoani de México-Tenochtitlan, ordenada por el propio Hernán Cortés; Cuauhtemóctzin fue colgado de una ceiba, allá por Tabasco.
Y el gobierno de la república decidió muy atinadamente rendirle hoy 28 de febrero, un funeral de estado en la Plaza Principal o Zócalo de la Ciudad de México, con todos los honores que amerita el caso.
También celebraremos el 17 de abril de este año, los doscientos años del nacimiento de un mexicano muy ilustre, Aniceto Ortega (1825-1875) médico, músico y compositor quien escribió la primera ópera realmente nacionalista mexicana, que trata sobre Cuauhtemóctzin. Esta obra fue estrenada en el Gran Teatro Nacional en 1871, y desde entonces lleva 153 años en el olvido.
Aniceto Ortega del Villar fue un personaje muy destacado en la historia de México: fue pionero en la introducción de la gineco-obstetricia moderna en el país. Fue un talentoso músico y compositor, fundador del Conservatorio Nacional de Música. Alguien le llamó «El Chopin mexicano». Compuso la «Marcha Zaragoza», que sirvió como himno nacional de México durante su época (antes del actual y definitivo Himno Nacional) fue el primer maestro de composición del Conservatorio. Participó también en política y educación. Falleció en 1875 a los 50 años de edad, dejando un trabajo importantísimo en la historia de la música y la medicina en México.
Samuel Máynez, destacado músico mexicano accedió a brindarnos una entrevista. Comenta que se dio a la tarea de rescatar y reorganizar la ópera Cuauhtemóctzin de Aniceto Ortega, dejando la música intacta. Aniceto Ortega planeaba estructurar dramáticamente su obra, revisarla, ampliarla, pero su prematura muerte acaecida a los 50 años no se lo permitió. Esta obra consiste de sólo tres personajes: Cuauhtemóctzin, una princesa azteca Tecuhichpótzin o Ysabel Moctezuma y Hernán Cortés. Una de las novedades de la adaptación del Doctor Máynez es que Cuauhtemóctzin se expresará en Náhuatl, la Princesa en Maya y Náhuatl y Cortés en castellano del siglo XVI.
La orquestación combinará tanto músicos tradicionales de la ópera como instrumentos indígenas como lo ha hecho Máynez en sus dos producciones anteriores. Con esta se completa el tríptico que consiste de Moctecuzoma II con música de Vivaldi, Cuitlahuátzin con música de Samuel Zyman y ahora Cuauhtemóctzin con música como ya dijimos del Doctor y compositor Aniceto Ortega.
Preguntamos al Dr, Samuel Máynez dónde encontró la partitura de la ópera de Aniceto Ortega. Y nos comenta: En el acervo familiar, me permitieron consultar y por mi mediación se donó (la partitura) a la Biblioteca Nacional de México.
El Doctor Máynez nos da la primicia de que pronto podremos ver esta obra. Habrá tres funciones en Bellas Artes en el mes de agosto, y dos en el Zócalo capitalino. Y Esto servirá como un merecidísimo Homenaje al Doctor Aniceto Ortega en el bicentenario de su nacimiento y por supuesto a nuestro Tlahtoani Cuauhtemóctzin, a quinientos años de su despreciable asesinato; un magnicidio como lo califica acertadamente el Dr, Máynez.
Estaremos al pendiente y enhorabuena por esta iniciativa. Desde ahora les deseamos el mayor de los éxitos en esta empresa y que superen todos los obstáculos que pudieran presentarse.