En medio de las crecientes tensiones diplomáticas con Estados Unidos, canadienses y mexicanos han decidido hacer una protesta simbólica utilizando una bebida muy arraigada en sus tradiciones: el café. El movimiento comenzó en Canadá, cuando la empresa Kicking Horse Coffee propuso cambiar el nombre del «café americano» por «canadiano» en todas las cafeterías del país. La compañía canadiense, que lleva años promoviendo su café nacional, decidió hacer oficial la tendencia, invitando a otros establecimientos a sumarse a esta iniciativa.
El cambio de nombre del café no solo ha sido un acto de apoyo a la industria nacional canadiense, sino también una respuesta a las políticas proteccionistas de Donald Trump, quien durante su mandato buscó imponer aranceles a Canadá y México. La idea, que comenzó en las cafeterías de Canadá, rápidamente cruzó fronteras y fue adoptada por los mexicanos, quienes también vieron en esta acción una oportunidad para reafirmar su cultura. En redes sociales, un video viralizado muestra a un barista mexicano rechazando el término «café americano» a favor del tradicional «café de olla», un brebaje con raíces profundas en la Revolución Mexicana.
El café de olla, preparado con granos molidos especiados con canela, anís y clavos de olor, y endulzado con piloncillo, es un símbolo de la herencia cultural de México, especialmente de las mujeres revolucionarias conocidas como las adelitas. Este movimiento no solo se ha viralizado en redes sociales, sino que se ha convertido en una forma de protesta simbólica ante las tensiones comerciales y políticas, a pesar de que los aranceles siguen adelante. Sin embargo, el cambio de nombre del café representa una forma divertida y desafiante de resistir, al tiempo que se mantiene abierta la comunicación con el gobierno estadounidense.
A través de esta campaña, tanto Canadá como México se han unido en una manifestación pacífica, utilizando el café como un símbolo de identidad cultural y resistencia frente a las decisiones de Washington.
