La destacada nadadora artística mexicana, Nuria Diosdado, quien dedicó 34 años de su vida a la natación, se enfrenta ahora a una nueva etapa llena de desafíos, pero con una perspectiva completamente diferente. Tras su retiro después de los Juegos Olímpicos de París 2024, Diosdado está esperando a su primera hija, un embarazo que ha cambiado profundamente su visión sobre el éxito y el deporte.
En una entrevista exclusiva, Diosdado reflexionó sobre la maternidad y su carrera. Aunque la natación artística siempre ha sido su pasión, la llegada de su hija ha puesto en perspectiva lo que considera su verdadera medalla: “Ella es la medalla que no gané en los Juegos Olímpicos de París», expresó la atleta, quien mencionó que, a pesar de haber logrado una destacada carrera internacional, ahora su enfoque está en ser madre y disfrutar de esta nueva etapa de su vida.
A lo largo de su carrera, Nuria Diosdado consiguió múltiples medallas y participó en cuatro ediciones olímpicas, pero nunca alcanzó el oro olímpico. Sin embargo, ahora, con la llegada de su hija, siente que ha encontrado un premio aún más valioso. «Mi mayor medalla será verla feliz, completa, haciendo lo que más le gusta», añadió con emoción.
Diosdado también ha hablado de los desafíos de ser madre en un entorno deportivo tan exigente, especialmente en un deporte como la natación artística, donde la presión para mantener un alto rendimiento es constante. A pesar de que muchas atletas, como Ona Carbonell, han logrado compaginar la maternidad con su carrera deportiva, Diosdado cree que aún falta un gran cambio cultural y estructural en el deporte para apoyar a las atletas que desean ser madres sin tener que retirarse.
Además de los desafíos físicos de su embarazo, que no han detenido su actividad física gracias a la orientación de sus médicos, Diosdado también ha reflexionado sobre los comentarios que recibe de la sociedad. “A veces, los comentarios sobre lo que deberías o no deberías hacer durante el embarazo son un reto”, comentó, señalando la importancia de fomentar una cultura de respeto y apoyo en torno a las decisiones de las mujeres deportistas.
Finalmente, Nuria Diosdado le dejó un mensaje a su hija: «Gracias por llegar a mi vida. Me has hecho sentir una felicidad que jamás imaginé. Eres la medalla que nunca gané». Con esta declaración, la atleta demuestra que, más allá de los logros deportivos, lo más importante para ella es ver a su hija crecer feliz y completa, lo que representa su mayor éxito hasta el momento.
