En la madrugada del 14 de abril, Irán lanzó un ataque coordinado contra Israel utilizando más de 80 drones y seis misiles balísticos. El Comando Central de Estados Unidos informó que las fuerzas israelíes lograron interceptar la mayoría de estos proyectiles, evitando daños significativos. Este ataque es una respuesta directa al reciente bombardeo israelí en Damasco, que resultó en la muerte de varios oficiales de la Guardia Revolucionaria iraní.
El presidente israelí, Isaac Herzog, declaró que su país no busca una guerra con Irán y que está trabajando para responder al ataque con moderación. Por su parte, Teherán instó a las naciones occidentales a valorar su «moderación» tras el ataque, subrayando que fue una represalia limitada. Mientras tanto, Moscú expresó su profunda preocupación por la escalada de tensiones en la región y pidió contención a todas las partes involucradas.
La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estos acontecimientos, temiendo una posible escalada que podría desestabilizar aún más la región. Organismos como la ONU y la Unión Europea han hecho llamados urgentes a la calma y al diálogo para evitar un conflicto mayor. La situación sigue siendo tensa, y se espera que las próximas acciones de ambos países determinen el rumbo de los acontecimientos en Medio Oriente.