Durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, China acusó al gobierno de Donald Trump de recurrir al chantaje y la intimidación en sus relaciones comerciales. La intervención estuvo a cargo del embajador chino, Fu Cong, quien criticó duramente las políticas arancelarias de Estados Unidos y su creciente unilateralismo.
Según Fu, Washington ha impuesto aranceles a sus socios comerciales con diversos pretextos, socavando el orden económico global. En su declaración, advirtió que este tipo de acciones amenaza la paz y estabilidad internacionales y representa un retroceso hacia una lógica de poder en la que “el fuerte domina al débil”.
El embajador hizo un llamado a la comunidad internacional a elegir entre respetar las reglas básicas del derecho internacional o permitir que prevalezca “la ley de la selva”. Afirmó que “ninguna forma de presión, amenaza o chantaje es la manera correcta de tratar con China”.
Por su parte, la delegada estadounidense, Ting Wu, rechazó las acusaciones y señaló que el mundo debería observar las acciones de China para evaluar su papel en el sistema internacional. Acusó a Pekín de haber mantenido durante años prácticas comerciales injustas y de usar su ayuda internacional como un instrumento de intimidación.
En paralelo a la disputa comercial, el presidente chino Xi Jinping reiteró, a través de la agencia estatal Xinhua, que China no reducirá sus esfuerzos contra el cambio climático, sin importar los cambios en el panorama político global.