La trágica muerte de Erick Torbellin, un adolescente de 13 años, durante un campamento organizado por la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc, ha provocado una fuerte indignación y revelaciones sobre presuntos abusos cometidos dentro de esta institución. El joven falleció el pasado 25 de abril en Cuernavaca, Morelos, durante una actividad fuera del plantel. Según sus familiares, el cuerpo de Erick presentaba signos de violencia, lo que encendió las alarmas entre padres de otros alumnos.
A raíz de este hecho, cerca de 30 familias acudieron a la Fiscalía de la Ciudad de México para denunciar posibles actos de maltrato hacia los estudiantes. De acuerdo con sus testimonios, en la escuela se ejercían castigos físicos extremos, restricción de alimentos, y violencia verbal por parte de autoridades escolares. Estos actos contrastan radicalmente con la imagen pública de la institución, que promovía una educación basada en valores como la disciplina, el liderazgo y el respeto.
El lunes 28 de abril, el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) suspendió temporalmente las actividades en la academia tras detectar irregularidades en su operación. Se comprobó que el plantel no contaba con permisos para realizar actividades fuera de sus instalaciones, como el campamento en el que murió Erick. Aunque la clausura no se vinculó directamente con el fallecimiento, la presión social y las protestas de familiares fueron determinantes para que se realizaran las inspecciones. La Fiscalía capitalina, encabezada por Edgar Maldonado, ha asumido la investigación del caso y se comprometió a dar seguimiento puntual al proceso.