Este 2 de mayo, más de 180 cardenales —incluidos más de 120 con derecho a voto— se reunieron en la Octava Congregación General en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano. Durante la sesión, 25 cardenales intervinieron para compartir sus reflexiones sobre los principales retos que enfrenta la Iglesia en la actualidad y de cara al próximo pontificado.
Uno de los temas más urgentes fue la necesidad de renovar la evangelización, especialmente dirigida a los jóvenes, con un enfoque auténtico, coherente y fraterno. También se destacó la importancia de una Iglesia misionera y cercana, en sintonía con el estilo del Papa Francisco. Las Iglesias orientales, marcadas por el sufrimiento pero también por su testimonio de fe, recibieron especial atención durante los diálogos.
No se eludieron los temas delicados: los abusos sexuales y los escándalos financieros fueron tratados como heridas abiertas que requieren atención constante y soluciones concretas. El director de la oficina de prensa vaticana, Matteo Bruni, afirmó que estas cuestiones se abordan como signos de una Iglesia que quiere sanar desde dentro, manteniendo viva la conciencia sobre sus errores.
Además, se discutieron asuntos como el papel central de la liturgia, el valor del Derecho Canónico, la sinodalidad y la respuesta pastoral ante el creciente secularismo. También se reflexionó sobre la continuidad entre los pontificados recientes y la misión de la Eucaristía en la vida eclesial. Por otro lado, se confirmó que dos cardenales electores no participarán en el Cónclave y que aún se espera la llegada de cuatro más. Mientras tanto, los preparativos avanzan, incluyendo la instalación de la tradicional chimenea en la Capilla Sixtina.