El Palacio de Hierro está listo para una transformación profunda. Con la llegada de Eléonore de Boysson, ejecutiva con amplia trayectoria en el grupo de lujo LVMH, la icónica cadena departamental mexicana busca convertirse en un símbolo del lujo experiencial y no solo en una tienda de alta gama.
A partir del 25 de junio, De Boysson asumirá la dirección general del grupo, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo en más de 130 años de historia. Aunque Alejandro Baillères permanecerá como presidente del consejo de administración, el día a día operativo pasará a manos de esta experta en marcas globales como Louis Vuitton y DFS/Samaritaine, donde lideró la renombrada reapertura de La Samaritaine en París.
El nombramiento no es sólo un relevo generacional, sino una apuesta estratégica por llevar la experiencia del cliente al siguiente nivel. El objetivo es claro: que el comprador no solo adquiera productos, sino que se sienta parte de un universo emocional y culturalmente resonante.
“El lujo no está en los estantes, está en la atmósfera, los símbolos, las historias”, es una de las premisas que De Boysson ha promovido a lo largo de su carrera. Y ese enfoque ya empieza a verse reflejado: en la nueva tienda de Torre Mitikah, por ejemplo, la marca ha combinado diseño internacional con referencias mexicanas, incorporando elementos inspirados en Frida Kahlo y Diego Rivera, y una curaduría de marcas que buscan generar conexión emocional.
El cambio llega en un momento financiero sólido para la empresa. En el primer trimestre de 2025, El Palacio de Hierro reportó ingresos por 12,738 millones de pesos, un aumento anual de 11.7%. Además, las ventas digitales crecieron 27%, reflejando la creciente importancia del e-commerce en su ecosistema.
Según Statista, el mercado mexicano de bienes de lujo alcanzará los 3,250 millones de dólares en 2025, con un crecimiento proyectado de 2.3% anual hasta 2029. Este entorno representa una gran oportunidad, pero también demanda una lectura cultural más profunda del consumidor local, algo que De Boysson buscará capitalizar con una visión global adaptada al contexto mexicano.
“El reto es integrar sofisticación internacional con identidad local. Y parece que El Palacio de Hierro ha entendido que el futuro del lujo está en la experiencia”, concluye Julián Fernández, director general de MAR Capital.