Escuchar
En 2025, los conflictos globales y regionales siguen escalando a un ritmo alarmante. La lista de conflictos activos crece día tras día, desde disputas territoriales, intervenciones militares y crisis humanitarias. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, como conversaciones de alto al fuego y negociaciones de paz, las soluciones siguen siendo elusivas. Desde el genocidio en Gaza hasta la guerra en Ucrania, o la disputa en Cachemira entre India y Pakistán, los intentos de la ONU por resolver estas crisis globales han sido en su mayoría simbólicos, dejando al mundo al borde de un conflicto más amplio. Aunque estos problemas no son nuevos, el panorama geopolítico actual sugiere que una tormenta largamente anticipada está a punto de llegar.
Conflictos regionales que impulsan la inestabilidad
Desde 2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania, Europa se encontró en una situación en la cual no se hallaba desde el final de la Segunda Guerra Mundial: un conflicto militar en su territorio. Inclusive la OTAN se ha visto al borde de la acción militar directa en contra de Rusia, algo que no llegó a suceder ni siquiera en la Guerra Fría.
Por otro lado, los constantes ataques de Israel a la Franja de Gaza y Cisjordania han creado una de las crisis humanitarias más grandes de nuestros tiempos. Una crisis que ha dado paso a un genocidio capaz de destruir todo el sistema legal internacional creado tras el Holocausto para impedir que la historia se repitiera.
Inclusive más recientemente, vimos cómo se reanudaron las hostilidades abiertas entre India y Pakistán por la disputa territorial de Cachemira. En esta ocasión, los ataques militares han afectado principalmente a la población civil de dicha región.
No empezaron de la noche a la mañana
No hay que engañarnos: ninguno de estos conflictos fue una sorpresa. Desde la caída de la Unión Soviética en los años 90, Rusia ha querido recuperar ese territorio perdido, y la anexión de Crimea en 2014 fue un preludio a la guerra en Ucrania. Cuando la comunidad internacional no hizo nada hace 11 años, se dio pie a que Rusia sintiera la confianza y capacidad de hacerlo una segunda vez.
Israel y Gaza eran la bomba de tiempo que todos convenientemente decidieron ignorar por casi 80 años, hasta el 7 de octubre de 2023. El genocidio de la población palestina ya había comenzado hace décadas, pero nunca de forma tan abierta como lo ha sido en los últimos 19 meses, donde sin reparos se han eliminado generaciones enteras de familias palestinas.
La disputa territorial de Cachemira es otra saga que ha persistido por cerca de ocho décadas entre India y Pakistán. Con los más recientes ataques y la escalada de tensiones desde 2019, podría desencadenarse la cuarta guerra directa por la región entre ambas naciones.
¿Progreso o solo una actuación?
A pesar de las protestas, peticiones y una muy larga lista de acciones por parte de la población que clama por la paz, los líderes mundiales no han dado pasos significativos hacia ese fin. Por ello, yo me cuestiono: ¿realmente buscan ellos la paz?
Negociaciones rotas, líderes negándose a sentarse en la mesa, acciones militares como primera opción. Pareciese que a ellos lo que realmente les interesa es la guerra y no la paz. Seamos honestos: los conflictos armados y la ley marcial les dan a los líderes poder desmesurado. Las economías pueden sufrir, pero los grupos de interés —compañías de armas, tecnología, y otras— que venden a ambos bandos impiden que la paz se consolide, ya que la guerra deja ganancias millonarias.
Hoy cuestionamos cómo la diplomacia puede llegar a funcionar, nos preguntamos si realmente la ONU es un órgano efectivo, y vemos cómo colapsa el sistema legal internacional. Todo a costa de millones de vidas inocentes, daños irreparables al medio ambiente y la caída del sistema internacional tal como lo hemos conocido hasta ahora.
¿Será este el inicio del final?